TEL (Trastorno Especifico del Lenguaje)
Los estudios realizados sobre atención logopédica demuestran que una buena parte de los niños que lleguen a las consultas de los logopedas o que requieren de una intervención escolar personalizada, tienen lo que en términos vagos podríamos denominar un "retraso en el lenguaje", sin que existan otras patologías que en principio pudieran dar razón de este desfase evolutivo. Es decir, que son niños que no presentan ninguna patología evidente más allá de un nivel reducido en el desarrollo y la adquisición del lenguaje.
DEFINICIÓN DEL TEL
Hablaremos del TEL a la hora de abordar los retrasos en el lenguaje. Y más concretamente, utilizaremos la definición de este trastorno propuesta por la ASHA (American Speech-Hearing Association), que lo caracteriza como: "Una dificultad con el lenguaje que no está causada por ningún déficit evidente a nivel neurológico, sensorial, intelectual o emocional, y que puede afectar al desarrollo del vocabulario, la gramática y las habilidades conversacionales"
Esta definición es también la recogida por AELFA (Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología), que entiende este déficit como: "Dificultades de lenguaje observadas en niños con un desarrollo típico en todas las demás funciones psicológicas y con una educación normal, al menos en el momento de su identificación"
En resumen, los niños diagnosticados con TEL
(a) muestran un funcionamiento correcto en la mayoría de áreas de funcionamiento,
(b) no muestran otros trastornos concomitantes,
(c) tienen evidentes dificultades en el lenguaje sin razones aparentes.
El TEL es un trastorno de elevada prevalencia entre la población infantil. Su abordaje debe ser realizado por equipos multidisciplinares en los ámbitos sanitario, social y educativo.
El logopeda que interviene necesita una formación específica en TEL y debe ser muy meticuloso en la planificación de los tratamientos.
La variedad de problemas y casos que se consideran como TEL es muy grande, podemos considerar como características generales de este trastorno las siguientes: Hay un nivel lingüístico inferior a lo esperado para el grupo de edad (se considera que tiene que existir un retraso de al menos 12 meses, o de al menos 1,25 desviaciones típicas por debajo de la media de la población normal en un test de lenguaje).
El niño presenta un desarrollo normal a nivel cognitivo, social, de autoayuda y motor. No existen déficits sensoriales ni alteraciones cerebrales asociadas.
En definitiva, no existe una causa conocida que pueda explicar la gravedad del retraso en el lenguaje.
Los déficits afectan a la competencia lingüística (comprensión y producción) pero no a la comunicativa; es decir, que los niños con TEL suelen mantener una intención comunicativa importante. El problema es evidente desde las primeras etapas de adquisición del lenguaje (2-3 años).
Los déficits tienen un carácter evolutivo, de manera que si no se realiza una intervención adecuada, los problemas suelen ir empeorando a lo largo del tiempo y los niños pueden acabar recibiendo un diagnóstico más severo (retraso mental, autismo, etcétera)
El dominio del Lenguaje es un elemento fundamental del desarrollo de la personalidad del niño, de su excito escolar, de su integración social y de su futura inserción profesional.
De Cuatro al seis por ciento de los niños de una cierta edad, se ven afectados por los problemas de evolución del lenguaje, lo que representa un alumno por clase. Una cuarta parte de ellos, se ven afectados por trastornos severos. Esto se convierte en un problema complejo, siendo necesario, tomar medidas médicas para diagnosticar y elaborar proyectos terapéuticos, con la mayor antelación posible.
EL HABLA Y LOS TRASTORNOS DEL LENGUAGE, ORAL Y ESCRITO
El Lenguaje está relacionado con la comunicación, está asociado a la comunicación no verbal: mirada, gestos, expresiones. El Lenguaje abarca diversas áreas:
Fonología. (estudio de los sonidos)
El Léxico. (El vocabulario)
La Sintaxis. (La Gramática)
La Pragmática. (el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación)
Su exploración incluye dos vertientes:
Receptiva. (comprensión).
Expresiva. (Cierta fluidez de producción)
Subtipos de TEL
Dada la amplitud de problemas que pueden considerarse dentro de la categoría diagnóstica de trastorno específico del lenguaje, la estrategia más habitual ha sido la de buscar subtipos que agrupan problemas logopédicos similares, intentando facilitar así la evaluación y el tratamiento de los mismos.
Teniendo en cuenta las polémicas existentes sobre el concepto de TEL y la manera de identificarlo, puedes imaginar que también han sido numerosas las clasificaciones para establecer subtipos del trastorno.
De todas estas clasificaciones, la más conocida a nivel internacional es la de Rapin y Allen (1987, 1988), quienes a partir de un análisis de muchos casos clínicos distinguieron hasta un total de 6 subtipos de TEL, cuyas características se resumen en la tabla siguiente: • Trastorno de la programación fonológica.
• Dispraxia verbal
• Trastorno fonológico-sintáctico
• Agnosia auditivo-verbal
• Trastorno semántico-pragmático
• Trastorno léxico-sintáctico.
Subtipo Descripción Trastornos de la vertiente expresiva
Trastorno de la programación fonológica
- Cierta fluidez de producción, pero con articulación confusa (enunciados casi ininteligibles).
- Notable mejoría de calidad articulatoria en tareas de repetición de elementos aislados (sílabas, etc).
- Comprensión normal o casi normal.
Dispraxia verbal
- Incapacidad masiva de fluencia.
- Grave afectación de la articulación (hasta ausencia completa de habla).
- Enunciados de 1 o 2 palabras, que no mejoran en su realización articulatoria con la repetición.
- Comprensión normal o próxima a la normal.
Trastornos de comprensión y expresión
Trastorno fonológico-sintáctico
- Déficit mixto receptivo-expresivo.
- Fluidez verbal perturbada.
- Articulación de habla alterada.
- Sintaxis deficiente: frases cortas, omisión de nexos y marcadores morfológicos, laboriosa formación secuencial de enunicados.
- Comprensión mejor que expresión.
- Variables de dificultad de comprensión: longitud del enunciado, complejidad estructural del enunciado, ambigüedad semántica, contextualización del enunciado, rapidez de emisión.
Agnosia auditivo-verbal
- Sordera verbal.
- Fluidez verbal perturbada.
- Comprensión del lenguaje oral severamente afectada o ausente.
- Expresión ausente o limitada a palabras sueltas.
- Articulación gravemente alterada.
- Comprensión normal de gestos.
Trastornos del proceso central de tratamiento y de la formulación
Trastorno semántico-pragmático
- Desarrollo inicial del lenguaje más o menor normal.
- Articulación normal o con ligeras dificultades.
- Habla fluente, a menudo logorreica; puede emitir frases aprendidas de memoria.
- Enunciados bien estructurados gramaticalmente.
- Grandes dificultades de comprensión; puede haber una comprensión literal y/o no responder más que a una o dos palabras del enunciado del interlocutor.
- Falta de adaptación del lenguaje al entorno interactivo: deficientes ajustes pragmáticos a la situación y/o al interlocutor, coherencia temática inestable, probable ecolalia o perseverancia. Trastorno léxico-sintáctico
- Habla fluente con pseudotartamudeo ocasional por problemas de evocación.
- Articulación normal o con pequeñas dificultades.
- Jerga fluente (en el niño pequeño).
- Sintaxis perturbada: formulación compleja dificultosa, interrupciones, perífrasis y reformulaciones, orden secuencial dificultoso, utilización incorrecta de marcadores morfológicos, frecuencia de “muletillas”.
- Comprensión normal de palabras sueltas.
- Deficiente comprensión de enunciados.
Subtipos de TEL según Rapin y Allen (1987, 1988)
Eso sí, es muy importante saber que estos problemas son los que están presentes en la mayor parte de los casos, lo que no quiere decir que todos los niños encajen perfectamente en una de las categorías.
De cualquier forma, conocer estos subtipos de TEL es muy importante para los logopedas, ya que sirven para orientar la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento. Por ejemplo, imagina que a tu consulta llega un niño con un diagnóstico de "trastorno fonológico sintáctico"; a partir del mismo, ya puedes determinar que es un problema que afecta a la expresión y a la comprensión, y en el que probablemente se verán afectados la articulación de fonemas y la sintaxis, pero no el vocabulario.
Evaluación logopédica del TEL
Debido a la variedad de déficits que pueden presentarse en un caso de trastorno específico del lenguaje, y a la diversidad de problemas similares que deben descartarse diferencialmente, la evaluación del TEL es necesariamente compleja y abarca prácticamente todas las capacidades y habilidades relacionadas con el lenguaje y su adquisición.
ÁREAS DE EVALUACIÓN RECOMENDADAS
Para poder establecer un correcto diagnóstico del TEL, la mayoría de investigadores y clínicos recomiendan evaluar las siguientes áreas:
Estado general del niño.
Como siempre, una práctica necesaria en la evaluación de las alteraciones logopédicas consiste en determinar el estado general del niño; es decir, conocer su grado de funcionamiento en general. De esta forma, podremos obtener una imagen amplia de sus capacidades y/o limitaciones, y evitaremos el error de centrarnos exclusivamente en el problema sin tener en consideración las circunstancias del mismo.
Además, en el caso del TEL resulta esencial conocer cuatro aspectos generales del niño, ya que son muy importantes para confirmar que efectivamente estamos ante un problema de este tipo, o por el contrario corresponde otro diagnóstico:
• El grado de desarrollo.
• La inteligencia.
• La existencia de posibles problemas neurológicos.
• El nivel de interacción social.
Bases funcionales del lenguaje.
Otro aspecto que es necesario determinar para descartar la existencia de otros problemas que pudieran dar cuenta del retraso en el lenguaje, es que el niño no posea dificultades a nivel de bases funcionales:
• Audición: el nivel auditivo debe ser normal y no corresponder a una hipoacusia o sordera. Para ello, se emplearán los exámenes audiológicos pertinentes (generalmente llevados a cabo por un audiólogo u OTL).
• Bases bucofonatorias: igualmente, no deben existir problemas a nivel motor ni morfológico en los órganos bucofonadores, lo que se comprueba mediante los exámenes habituales.
Nivel de competencia lingüística.
Por supuesto, el grueso de la evaluación de un posible caso de TEL debe centrarse en el nivel de competencia lingüística que muestra el niño, y la relación entre este nivel y el que correspondería a su nivel de edad. Debido a la importancia de realizar un buen diagnóstico de este punto, y a la necesidad de comparar el nivel lingüístico encontrado con un nivel ideal, es conveniente tener en cuenta tres consideraciones:
• Es importante que los instrumentos empleados permitan una evaluación lo más amplia y general posible, de manera que se cubran todos los aspectos formales del lenguaje, tanto en comprensión como producción.
• Es recomendable emplear más de un instrumento, para evitar que posibles problemas en la aplicación del mismo conduzcan a un diagnóstico erróneo.
• Al menos uno de los instrumentos debería ser un test estandarizado de lenguaje, de fiabilidad y validez contrastadas, y que posea baremos adaptados a la población general española.
INSTRUMENTOS HABITUALES DE EVALUACIÓN
En la lectura complementaria que acompaña a este tema, tienes un listado con algunos de los instrumentos de uso más habitual en nuestro país para evaluar los problemas lingüísticos y de la comunicación de casos de TEL.
Intervención logopédica en TEL
En general, las técnicas de intervención logopédica que se emplean con mayor asiduidad se centran en ocho aspectos fundamentales:
Atención a las familias.
Adquisición de requisitos básicos para el lenguaje.
Nivel fonológico del lenguaje.
Nivel léxico-semántico del lenguaje.
Nivel morfosintáctico del lenguaje.
Nivel pragmático del lenguaje.
Enseñanza de la lectoescritura.
Atención escolar.
Lógicamente, la inclusión o no de estos aspectos en un programa de tratamiento dependerá de los problemas y déficits a nivel lingüístico de cada caso (y que estarán relacionados con el subtipo de TEL establecido en la evaluación inicial).
ATENCIÓN A LAS FAMILIAS
Teniendo en cuenta que los casos de TEL tienen como protagonistas a niños de pocos años, un aspecto que debería formar parte de todos los programas de intervención logopédica es el trabajo sobre la familia y sobre sus necesidades habituales, que generalmente incluyen la información sobre el tema y las consecuencias que el problema puede tener en el futuro, el apoyo emocional y el soporte profesional, o el establecimiento de estrategias comunicativas eficaces para interactuar con el niño.
Así, el trabajo del logopeda con la familia suele concretarse en dos tipos de actuaciones habituales:
ADQUISICIÓN DE REQUISITOS BÁSICOS PARA EL LENGUAJE
En muchos casos, antes de comenzar la intervención propiamente dicha es necesario asegurarse de que el niño domina una serie de requisitos básicos (o comportamientos prerrequisitos). Si bien la mayoría de los niños adquieren estos requisitos rápidamente, los déficits de los niños con TEL pueden hacer que esto no se así, en cuyo caso el primer paso del tratamiento deberá consistir en su enseñanza.
Entre los requisitos básicos más importantes se encuentran:
Habilidades comunicativas básicas. Por ejemplo, la atención conjunta, la adaptación a los turnos de una actividad interactiva, etcétera. Si el niño tiene déficits a este nivel, es conveniente comenzar reforzando y atendiendo cualquier intento comunicativo, para progresivamente ir dando más importancia a la comunicación verbal apropiada.
Atención. A menudo se encuentran niños con TEL cuya atención es casi inexistente. En esos casos es necesario realizar un trabajo previo para mejorarla. En un primer momento, el objetivo sería conseguir que el niño esté en situación apropiada para el aprendizaje, controlando sus propias reacciones (en este sentido, es frecuente que el logopeda tenga que controlar físicamente al niño para que éste pueda centrarse en los estímulos presentados). A continuación, se debe conseguir que el niño sea capaz de escuchar y atender a unas instrucciones mínimas, actuando de forma conjunta. Para ello se suelen utilizar tareas manipulativas (puzzles, construcciones, dibujos, etcétera) que progresivamente se van haciendo más complejas. Por último, debe enseñarse a que el niño controle cuándo y cómo dejar la actividad que está realizando, en función de lo que los demás demanden de él; de nuevo, es común recurrir a una interrupción física que progresivamente se va retirando.
Imitación verbal.
El objetivo sería poner la imitación verbal bajo control; es decir, conseguir que el niño repita modelos verbales con la mayor exactitud posible, así como que aprenda a repetirlos espontáneamente. Para ello, se utilizan tareas de repetición de modelos verbales comenzando por onomatopeyas, para posteriormente ir pasando a elementos lingüísticos de complejidad creciente.
Seguimiento de instrucciones verbales. El objetivo general en esta habilidad sería ayudar al niño a identificar personas, lugares y cosas por su nombre y aprender a seguir instrucciones sencillas. Para ello se selecciona un vocabulario básico que el niño comprenda y que sea significativo, pasando entonces a enseñar al niño a responder a instrucciones que incorporen el vocabulario aprendido. Y paulatinamente, se irán añadiendo nuevas palabras y órdenes cada vez más complejas.
NIVEL FONOLÓGICO DEL LENGUAJE
Como se indicó al exponer los distintos subtipos diagnósticos de TEL, algunas de las alteraciones más frecuentes afectan a la producción y la comprensión fonológicas.
A continuación, figuran las técnicas más habituales ordenadas en función de los problemas habituales a este nivel:
Alteraciones en la discriminación de fonemas.
Generalmente, los ejercicios se centran tanto en la discriminación de fonemas similares, como en la identificación del orden de los fonemas dentro de las palabras. Para ello se emplean ejercicios como:
Diferenciar palabras iguales o que se distingan sólo en un fonema (ojo/oso, codo/codo, coro/codo, etcétera).
Seguir órdenes que contengan fonemas problemáticos.
Señalar objetos.
Emplear gestos diferentes en función del fonema presentado. Responder a palabras según la discriminación de fonemas.
Déficits en la producción de fonemas Se recomienda mejorar la pronunciación de los fonemas que el niño ya tenga adquiridos, y al mismo tiempo enseñar los que todavía no produzca.
Algunos ejercicios apropiados serían:
Manipulación directa de los órganos de la articulación.
Aparatos de biofeedback. Imitación de fonemas y palabras.
Lectura de sílabas, palabras, frases y textos.
Denominación de tarjetas que contienen dibujos o acciones.
Lotos fonéticos.
Bingos fonéticos.
Juegos con fonemas.
Canciones populares y poesías.
Role-playing en el que se representan papeles apropiados.
Scripts. Guía física de los órganos fonadores.
Empleo de modificadores de la articulación (depresores, bolas, etcétera).
Imitación del logopeda.
Visualizadores de voz (Speech Viewer)
Problemas a nivel silábico Suele ser frecuente que los niños con TEL muestren también dificultades para discriminar las sílabas que constituyen las palabras, una dificultad que afecta tanto a la producción como la comprensión de sílabas. Para intervenir sobre este aspecto, se emplean actividades como:
Discriminar la duración de palabras (más o menos sílabas).
Discriminar las variaciones en el tono de la voz en las distintas sílabas.
Identificar el número de sílabas del que constan las palabras (se comenzará marcando las sílabas con golpes de voz que poco a poco se van desvaneciendo).
Imitación de sílabas.
Repetir una palabra omitiendo alguna sílaba.
Añadir sílabas a palabras.
Imitación.
NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO DEL LENGUAJE
Los niños con TEL tienen un vocabulario más reducido que los niños con desarrollo normal del lenguaje y presentan limitaciones a nivel semántico, de ahí que sea común que el logopeda intervenga sobre estos aspectos centrándose en tres objetivos:
Aumentar el vocabulario
Tanto a nivel comprensivo como productivo. Para ello, algunos ejercicios apropiados podrían ser:
Imaginar historias sobre temas generales y específicos.
Imitación.
Juegos de semejanzas y diferencias.
Juegos de sinónimos y antónimos.
Tareas de evocación.
Sacar objetos de una bolsa y describirlos.
Detectar errores cometidos al leer un cuento.
Juego del veo-veo. Responder a órdenes. Señalar imágenes al decir su nombre.
Evocar palabras que faltan en una serie.
Reconocer el objeto que corresponde a una determinada descripción.
Mejorar las relaciones léxicas entre palabras del vocabulario
Además de mejorar el vocabulario, es necesario trabajar sobre la construcción de relaciones temáticas y jerárquicas, más que sobre una simple acumulación de palabras. Ejercicios adecuados podrían ser los siguientes:
Preguntas sobre vocabulario (qué es, por qué, para qué)
Juegos de semejanzas y diferencias.
Analogías.
Preguntas directas (dime cosas que puede hacer un pájaro o un avión? ¿qué animales pueden volar? ¿dónde se puede encontrar pan?.
Elegir dos palabras al azar y tratar de relacionarlas. Ejercicios de polisemia. Inventar adivinanzas.
NIVEL MORFOSINTÁCTICO DEL LENGUAJE
Las dificultades más frecuentemente encontradas en los niños con TEL, dentro de la dimensión de la morfología y la sintaxis, tienen que ver con los siguientes aspectos:
Empleo de elementos sintácticos y gramaticales
Se utilizan actividades como las que figuran a continuación, en las que se trabajarían aquellos elementos con los que el niño presente problemas (plurales, pronombres, verbos, preposiciones, futuros, etcétera). Así, se suelen emplear actividades y ejercicios como los siguientes:
Elaborar frases a partir de una o dos palabras dadas.
Contar el contenido de una lámina con dibujos.
Corregir errores u omisiones.
Corregir las frases que un muñeco dice.
Ordenar palabras.
Construir frases que contengan los elementos problemáticos.
Unir partes de enunciados.
Crear historias imaginarias y cuentos.
Canciones infantiles.
Imitación. Role-playing. Scripts.
Estructura de las oraciones
Habrá que tener en cuenta la edad del niño y la secuencia evolutiva de adquisición del lenguaje, para diseñar ejercicios que permitan palabras solas a combinaciones de dos palabras de los tipos más frecuentes (agente-acción, acción objeto, agente-objeto, etcétera) y de ahí a primeras frases.
Estos ejercicios podrían implicar:
Imitación.
Ordenación de historietas.
Reconocer frases correctas.
Completar oraciones.
Corregir oraciones desordenadas.
Descripción de eventos. Invención de historias.
Role-playing.
Scripts.
Comprensión de oraciones
Para trabajar sobre este área, se emplean ejercicios como: Seguimiento de órdenes individuales.
Por ejemplo, “coge un lápiz”, “dame la goma”, “dibuja una casa” o “pinta un árbol de color rosa”.
Seguimiento de órdenes complejas. Por ejemplo, “coge un lápiz y da un salto”, “dame la goma que tiene dibujada una estrella”, “dibuja una casa que tenga el tejado verde” o “delante de la casa, pinta un árbol de color rosa pero que sea más bajito que la casa”. Producir oraciones semejantes.
NIVEL PRAGMÁTICO DEL LENGUAJE
En ocasiones, los niños con TEL tienen dificultades para participar en la comunicación que acontece en sus ambientes, que no inician intercambios conversacionales, y que son incapaces de emplear regularmente el lenguaje como herramienta para satisfacer sus diversas demandas. En este sentido, la intervención logopédica sobre el nivel pragmático suele hacer hincapié en dos aspectos diferentes pero complementarios:
Desarrollo de la intencionalidad
El objetivo sería facilitar que el niño inicie el intercambio lingüístico y lo haga de manera consciente e intencional. Algunos ejercicios pertinentes serían:
Describir lo que se hace mientras se ejecuta alguna actividad.
Describir láminas de historias.
Canciones. Dibujar y contar historias.
Completar dibujos inacabados e inventar historias con ellos.
Role-playing.
Utilización de scripts.
Historietas en las que falta información que el niño debe completar. Por ejemplo, se cuenta la historia “Pablo se dejó la ventana del cuarto abierta mientras dormía por la noche. Al día siguiente no pudo ir a clase” y se hacen preguntas como ¿Qué le pasa? ¿Es invierno o verano? ¿Qué diría su madre?.
Desarrollo del discurso A través de actividades como: Contar experiencias personales. Describir eventos que hayan ocurrido o estén ocurriendo. Hablar de temas conocidos. Contar historias que impliquen sentimientos. Conversar por teléfono imaginariamente con otras personas. Juegos de semejanzas y diferencias. Role-playing. Utilización de scripts. Historietas en las que falta información que el niño debe completar. Por ejemplo, se cuenta la historia “Pablo se dejó la ventana del cuarto abierta mientras dormía por la noche. Al día siguiente no pudo ir a clase” y se hacen preguntas como ¿Qué le pasa? ¿Es invierno o verano? ¿Qué diría su madre?.
ENSEÑANZA DE LA LECTOESCRITURA
En algunos casos de niños que han sido diagnosticados tardíamente o que llevan mucho tiempo en tratamiento, es posible tener que intervenir específicamente sobre la adquisición de la lectoescritura. Si el niño con TEL ha sido tratado correctamente de manera temprana, la mayoría de sus déficits estarán corregidos para cuando llegue el momento de iniciar este aprendizaje y no será necesario realizar ninguna intervención especial. Sin embargo, si el niño alcanza la edad apropiada (6-7 años, dependiendo del colegio), sigue en tratamiento logopédico para superar el retraso lingüístico y dispone de las habilidades previas necesarias, sería apropiado que el logopeda trabaje con los profesores para diseñar un programa de enseñanza de lectoescritura apropiado y ajustado a cada caso. Existen numerosos manuales que pueden facilitar esta labor, algunos de los cuales se mencionan en la bibliografía adicional proporcionada en este mismo tema de la asignatura.
ATENCIÓN ESCOLAR
Ya se ha mencionado en temas anteriores que la legislación actual en España permite diversas modalidades educativas para las personas con dificultades en el aprendizaje. El grueso de los niños diagnosticados con TEL suelen acudir a centros ordinarios o a centros ordinarios de integración, y diversos estudios han mostrado claramente cómo este tipo de entornos escolares favorece un mejor aprendizaje del lenguaje (además de otras ventajas a nivel social, afectivo, etcétera).
Así, el apoyo a nivel educativo del logopeda se suele concretar en dos actuaciones principales: Realizar adaptaciones del currículum educativo:
comprenderían la modificación de aspectos como los contenidos y objetivos, la metodología, las actividades, el modo de evaluar, los horarios, el agrupamiento de alumnos, etcétera.
Contribuir a una adecuada formación del profesorado: generalmente, este profesorado no cuenta con información específica sobre este tipo de problemáticas que estén basadas en investigaciones contrastadas, y suelen necesitar pautas para interactuar con los niños y dirigir sus aprendizajes. Entre dichas pautas, podemos sugerir algunas de las mencionadas anteriormente al hablar de la atención a las familias.
“Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo mas pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”.
La principal misión de la Atención Temprana es que los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos, reciban, siguiendo un modelo que considere los aspectos biopsicosociales, todo aquello que desde la vertiente preventiva y asistencial pueda potenciar su capacidad de desarrollo y de bienestar, posibilitando, de la forma más completa, su autonomía personal y su integración en el medio familiar, escolar y social.
OBJETIVOS DE LA ATENCIÓN TEMPRANA
• Reducir los efectos de las discapacidades sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
• Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.
• Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y de adaptación a necesidades específicas. • Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
• Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño.
• Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.
El modelo de intervención cuando existe alguna alteración de estos procesos debe ser holístico; de ello se deriva la necesidad de establecer relaciones con los programas y servicios que actúan en el entorno del niño y de su familia. Los servicios y los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIATs) deben realizar sus actuaciones de forma que se procure la coincidencia con aquellos esfuerzos sociales que desde otras instancias de la Administración y la comunidad favorezcan la salud, la educación y el bienestar. En las primeras etapas del desarrollo se configuran, además de los aspectos propios de la madurez biológica, las habilidades motrices, perceptivas, lingüísticas, cognitivas y sociales que posibilitarán la interacción con el medio. Los niños con patología instaurada desde el nacimiento o con riesgo de padecerla por etiologías pre, peri o postnatales deben recibir el tratamiento individual incidiendo de manera global sobre todas las áreas del desarrollo (Motora, Cognitiva, Comunicación, Social y Autonomía Personal).
El proceso de intervención se ha de llevar a cabo por un equipo interdisciplinar compuesto por especialistas en Atención Temprana, médicos, psicólogos, pedagogos, logopedas, fisioterapeutas, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, etc.