Abarca las acciones dirigidas a aumentar las habilidades y capacidades de las personas, así como también las que modifican las condiciones sociales, ambientales y económicas que tienen impacto en los determinantes de salud.
La existencia de un proceso de capacitación (empoderamiento) de personas y comunidades puede ser un signo para determinar si una intervención es de promoción de salud o no. La educación para la salud comprende las oportunidades de aprendizaje creadas conscientemente destinadas a mejorar la calidad de la población y el desarrollo de habilidades personales que conduzcan a la mejora de la salud. Es un proceso educativo que tiene como finalidad responsabilizar a los ciudadanos en la defensa de la salud propia y colectiva.
La formación es un instrumento de la promoción de salud y por tanto una función importante de los profesionales de la salud, sociales y de la educación.
Asimismo, la educación para la salud es una parte del proceso asistencial, incluyendo la prevención, el tratamiento y la rehabilitación. La formación y educación en la salud constituye un escalón más dentro del proceso de atención integral, que viene definido por: la asistencia (primaria y especializada), la prevención (primaria, secundaria y terciaria), la adaptación social a un determinado medio.
Para abordarlas, tres son las áreas de intervención prioritarias: problemas de salud, estilos de vida y transiciones vitales. Estas áreas de intervención van a condicionar los objetivos y planteamientos de la formación, ya que son necesarios conocimientos, actitudes y habilidades para comprenderlas. La práctica de la educación para la salud exige un reconocimiento y asunción del papel que juegan los diferentes profesionales de la salud implicados en su desarrollo, que pasamos a describir a continuación:
• Desarrollar un rol educativo que le permita analizar necesidades, definir objetivos compartidos, seleccionar las estrategias más adecuadas y realizar el seguimiento y evaluación de los procesos educativos.
• Ser capaz de identificar y comprender las necesidades en salud desde una perspectiva biopsicosocial y de salud positiva.
• Ser capaz de trabajar en equipo para desarrollar iniciativas de promoción de salud y saber reconocer la complementariedad de la multiprofesionalidad.
• Desarrollar capacidades de comunicación en relación con otros profesionales, la comunidad con la que trabaja y con los gestores y directivos de su institución.
• Tener capacidad para negociar objetivos y estrategias de promoción de salud, saber tomar decisiones conjuntamente y buscar la implicación y la participación de los colectivos interesados.
• Desarrollar un enfoque capacitante, en relación con los usuarios y no profesionales, que facilite el empoderamiento de los grupos y colectivos interesados.
• Capacidad para programar intervenciones sostenibles y realistas al contexto social e institucional donde se desarrollan.
• Desarrollar una cultura de mejora continua de la promoción de salud integrando los modelos de buena práctica y los sistemas de evaluación en las intervenciones de promoción de salud. • Capacitarse para el trabajo intersectorial: compartir distintos lenguajes, espacios, organizaciones, puntos de vista distintos y complementarios.
• La interdisciplinariedad para desarrollar modelos formativos que sean interdisciplinarios y concebidos por equipos multidisciplinares.
• La intersectorialidad que exige la formación conjunta de profesionales de distintos sectores para compartir nuevos espacios de intervención común, que exige nuevas capacidades y conocimientos al respecto.
• La planificación y el diseño de la formación, que no responde en ocasiones a un análisis previo de las necesidades de formación de los destinatarios, sino más bien a la coyuntura del mercado de la formación. Se pueden identificar las siguientes modalidades: • Actividades de información y sensibilización: encuentros, jornadas, intercambios de experiencias...
• Formación básica: intervenciones generales sobre conceptos, metodología y contenidos globales de las intervenciones de promoción y educación para la salud.
• Formación específica: intervenciones sobre diversas áreas de intervención y/o dirigidas a colectivos específicos.
• Formación en servicio o ligada a las intervenciones: actividades de formación y asesoría de los equipos de trabajo en los centros.
• Formación en base a proyectos o tareas. La tarea o proyecto se convierte en el vehículo para la adquisición de los objetivos. La formación continuada de los profesionales en educación y promoción de la salud tiene una base fundamental en el análisis de la práctica profesional, ligada a las intervenciones que se realizan desde los centros y servicios y debe ser un proceso abierto y flexible que permita utilizar estrategias diversificadas, dada la diversidad de sectores profesionales. De esta manera una de las modalidades fundamentales es la formación en servicio o ligada al desarrollo de determinadas intervenciones. Permite perfeccionar y supervisar en la práctica los cuatro tipos de intervención (información, educación individual y grupal y promoción de salud) y trabajar las tres áreas más frecuentes de intervención: problemas de salud, estilos de vida y transiciones vitales.
El objetivo de esta formación es lograr que cada profesional mejore sus conocimientos prácticos, sus habilidades y capacidades para desarrollar su rol desde una formación continua.
La finalidad de la formación continua sería la capacitación de profesionales para llevar a cabo los diferentes tipos de intervención en promoción de salud, para poder desarrollar capacidades, en las tres dimensiones de la persona: cognitiva (área del “saber”), emocional (área del “ser”) y de las habilidades personales y sociales (área del “hacer”). La promoción de la salud es el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla.
La promoción de la salud constituye un campo relativamente nuevo. En los últimos años la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde diferentes instituciones nacionales e internacionales y distintas personas expertas en la materia han ido identificando cuestiones relevantes y desarrollando importantes aportaciones teórico-prácticas. Una ampliación significativa de este nuevo marco teórico que hoy resulta todavía poco conocido en los centros de Atención Primaria se debe, entre otras, a las aportaciones de las cinco Conferencias Mundiales de Promoción de Salud realizadas bajo los auspicios de la OMS: nuevos enfoques, ideas y conceptos para nuevos desafíos, estrategias clave para promover la salud, nuevas prioridades, áreas temáticas, acciones, metodologías.... “fortalecer el componente de promoción de salud en los programas de formación de recursos humanos, tanto en las instituciones de enseñanza como en la formación continua de los profesionales de la salud”.