Neuropsicología en Niños y Adolescentes.
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Las ciencias neuropsicológicas y su relación con la neuropsicología educativa
Los avances científicos sobre el cerebro han favorecido la aplicación de los conocimientos de la relación del cerebro, la mente y la conducta con enfoques diversos, dando lugar a diferentes ciencias como son, por una parte, la neurología de la conducta y la neuropsiquiatría y, por otra, la neuropsicología básica con dos disciplinas (neuropsicología fisiológica y neuropsicología cognitiva) y la neuropsicología clínica (Pérez, Puente y Vilar-López, 2009):
– La neuropsicología básica se compone de las disciplinas psicológicas que tienen como objetivo el conocimiento y la comprensión de la relación cerebro y conducta. Se pueden distinguir dentro de la neuropsicología básica dos disciplinas:
• La neuropsicología fisiológica que estudia las bases biológicas y neuroanatómicas de la conducta.
• La neuropsicología cognitiva es parte de la neuropsicología básica y tiene por objeto el estudio de la estructura y funciones del sistema cognitivo normal a través de pacientes con daño cerebral y de sujetos normales (Pérez, Puente y Vilar-López, 2009. p 21).
– La neuropsicología clínica es una disciplina de la neuropsicología aplicada que tiene por objeto evaluar y rehabilitar alteraciones de daño cerebral mediante su propio desarrollo y las aportaciones de las ciencias neuropsicológicas.
Hay dos grandes áreas de aplicación:
la evaluación neuropsicológica y la rehabilitación neuropsicológica.
Todas las ciencias neuropsicológicas tienen partes comunes en cuanto que comparten los mismos sujetos a quienes estudian y tratan, e, incluso, comparten instrumentos de valoración neuropsicológica, conocimientos y tratamientos; la diferencia está en el objetivo de cada una de ellas.
La neuropsicología educativa se puede considerar parte de la neuropsicología básica (se nutre de la neuropsicología fisiológica y de la neuropsicología cognitiva) y se relaciona estrechamente con la neuropsicología clínica en los sujetos que trata en edad escolar.
Por una parte, el neuropsicólogo cognitivo y el neuropsicólogo clínico, actúan en muchas ocasiones en los mismos sujetos que asisten a un centro educativo y encuentran un gran apoyo si el psicólogo escolar y los profesores tienen la formación necesaria para comprender la situación de cada caso y apoyar las orientaciones que da el neuropsicólogo en la actividad escolar diaria.
La experiencia de aplicación de la neuropsicología en el centro educativo es muy interesante porque el diagnóstico y las orientaciones de rehabilitación sugeridas por el neuropsicólogo clínico o cognitivo encuentran el ambiente adecuado al tratamiento para obtener una mayor efectividad.
La colaboración entre el centro clínico, los psicólogos escolares, los profesores y los padres son claves para la mejora de los procesos neuropsicológicos que están en la base del rendimiento escolar, tal y como muestran las publicaciones de en torno a la mejora del rendimiento escolar mediante la incorporación de la neuropsicología al ámbito educativo (Martín-Lobo, 2003; 2006).
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Relaciones entre la Neuropsicología clínica y la neuropsicología educativa
Existe relación entre la neuropsicología educativa y la neuropsicología clínica en cuánto al estudio de la normalidad que la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association o APA) (2003), incluye en el estudio de la neuropsicología, puesto que estudia la conducta humana y sus relaciones con el funcionamiento normal del sistema nervioso central (no sólo anormal) y la especialidad está dedicada a mejorar el entendimiento de las relaciones cerebro-conducta y de la aplicación de dichos conocimientos a los problemas humanos.
El conocimiento del cerebro por parte de los psicólogos, psicopedagogos y educadores tiene gran importancia porque es fundamental que los educadores conozcan cómo evoluciona el sistema sobre el que intervienen cuando se educa (García-Moreno, 2014).
Toda conducta tiene una base neuropsicológica en cuanto que la actividad se realiza interviniendo el Sistema Nervioso con una dotación genética, la influencia del ambiente y la acción de la propia persona que ejerce su voluntad y su libertad.
Desde una perspectiva psicológica, pedagógica y neuropsicológica la persona tiene la oportunidad de llevar a cabo acciones que favorecen la modificación de circuitos nerviosos para adquirir las habilidades básicas a nivel sensorial, motriz y más complejas a nivel propiamente cognitivo y afectivo.
“En la medida en que el cerebro recibe e interpreta las informaciones sensoriales, se comunica con los demás y se relaciona mediante el lenguaje y la motricidad, construye su continuidad, y por tanto, su identidad coherente a través de la memoria” (Gil, 2007, pp. 1).
La neuropsicología clínica y la neuropsicología educativa pueden trabajar conjuntamente, sobre todo en neuropsicología infantil y en la adolescencia, puesto que en muchos casos son los mismos sujetos los que son diagnosticados y tratados por un neuropsicólogo clínico y, al mismo tiempo, realizan las tareas educativas en un centro escolar.
Psicólogos escolares, psicólogos clínicos, neuropsicólogos y educadores tienen el mismo objetivo de la mejora del niño o joven y comparten pautas de observación, instrumentos de evaluación y orientaciones metodológicas para la mejora de los procesos estudiados.
Lógicamente, cada profesional realiza las tareas que le competen de conocimiento y orientación de los alumnos, según el nivel de especialización que exige la competencia de cada especialidad en el ámbito clínico o educativo, sumando siempre para conseguir el objetivo de la mejora de cada niño.
El neuropsicólogo debe favorecer la integración del sujeto a su medio y en el entorno cotidiano, forma parte de un equipo multidisciplinar (Pérez, Escotto, Arango y Quintanar, 2014), que selecciona los instrumentos de valoración neuropsicológica y los programas de tratamiento e intervención y coordina sus acciones profesionales con el resto de profesionales que actúan con el niño o adolescente.
En síntesis, los avances de investigación y de aplicación de la neuropsicología básica y de la neuropsicología clínica están demandando el desarrollo, ya en marcha, de la neuropsicología educativa; ésta puede dar respuesta y aportaciones científicas y profesionales a la necesaria mejora de la calidad educativa y a la colaboración de los neuropsicólogos cognitivos y clínicos con los profesionales educativos en el ámbito escolar.
Aplicación de la neuropsicología al ámbito escolar
El planteamiento de aplicar los avances científicos sobre el cerebro a la educación se está llevando a cabo con el objeto de comprender mejor los procesos de aprendizaje y de plantear intervenciones específicas que podrían integrarse y aplicarse a los fenómenos del aprendizaje y de la enseñanza (Bruer, 1997; Szucs, Goswami, 2007; Varma, McCansliss, Schwartz,, 2008). Investigadores, científicos y profesionales de la neurociencia, la neuropsicología, la psicología y la educación proponen tender un puente entre dos perspectivas distintas del aprendizaje para enriquecer tanto la interpretación científica como la educativa, trabajando conjuntamente en actividades de investigación que construyan los conocimientos necesarios (Howard-Jones, 2011).
Para ello, se requiere partir de una mentalidad abierta, dispuesta a seguir aprendiendo acerca del cerebro y del aprendizaje a nivel científico y educativo, junto con los métodos y técnicas que se pueden aplicar.
De ello se derivan:
– Nuevos conocimientos y procedimientos innovadores para los investigadores y para los psicólogos educativos que tienen la oportunidad de aprender y de profundizar en los procesos cerebrales relacionados con el aprendizaje y con el neurodesarrollo.
– Ampliación de su campo de acción profesional y personal, ya que se abren y se coordinan en dos mundos diferentes, el de la neuropsicología y el educativo, con un objetivo común que es el biede los niños y de los adolescentes, incorporando un soporte científico al proceso educativo y las mejoras metodológicas consecuentes que hacen posible las mejoras de las calificaciones escolares.
– Enriquecimiento de la realidad educativa con los avances de la neuropsicología y del campo de la investigación neuropsicológica para la educación.
– Enriquecimiento de la neuropsicología a través del estudio, la investigación y las propuestas de programas al ámbito de la psicología educativa y de la educación.
– Aportaciones y coordinación entre los profesionales de la psicología educativa, los educadores y la psicología clínica para la prevención e interpretación de diagnósticos, así como para las intervenciones de quien requiere un tratamiento neuropsicológico y educativo al mismo tiempo.
La colaboración entre los neurocientíficos, neuropsicólogos y educadores dará el fruto de una mejor educación de niños y jóvenes para una sociedad mejor preparada para el futuro (Caew y Magasamen, 2010).
Objetivos de la Neuropsicología
Educativa El objetivo de la aplicación de la neuropsicología en el ámbito escolar es enriquecer la realidad educativa; podríamos especificar tres aspectos claves en los que índice directamente, como son la prevención, el desarrollo y la atención a la diversidad y a las diferencias específicas (Martín-Lobo, 2012):
– La prevención para adelantarse a las dificultades e identificar cuáles pueden ser los riesgos cercanos que se pueden dar, así como pronosticar aspectos del desarrollo más débiles que pueden surgir en las siguientes etapas escolares, si no existe un buen nivel de neurodesarrollo (Solovieva, Quintanar, 2000, 2002).
– El desarrollo del potencial de cada alumno, siguiendo modelo de Luria (1980) en el que se activan las áreas de asociación occipito-parieto-temporales para facilitar la entrada de la información en el cerebro, después se procesa dicha información en diferentes áreas entra las que está el córtex prefrontal y de esta forma se puedan llevar a cabo las funciones superiores del pensamiento.
– La atención a las necesidades específicas de cada alumno para corregir y reorientar las dificultades de aprendizaje que es uno de los puntos clave de la investigación neuropsicológica y de la práctica de la neuropsicología para superarlas (Semago, Semago (2003); Glozman, 2006, 2009; Akhutina y Krichevet, 2002). Un planteamiento educativo desde la base neuropsicológica hace posible adelantarnos y evitar posibles dificultades de aprendizaje y puede marcar qué periodo evolutivo y qué momento es el más adecuado para un aprendizaje (Baerkhih, 2009).
Bases neuropsicológicas del aprendizaje
Para comprender la significación educativa de los descubrimientos científicos, es necesario conocer los procesos cerebrales básicos del cerebro y sus implicaciones educativas.
Diferentes autores han estudiado y aplicado programas de formación para científicos y educadores (Ortiz, 2009; García-Moreno, 2014), de neuropsicología infantil (Portellano, 2010) y se han desarrollado planes de estudio de neuropsicología y neurociencia y educación como postgrados oficiales y títulos universitarios (Martín-Lobo, 2012). Howard-Jones (2011), propone que se estudien conocimientos básicos de Neuroanatomía para para comprender la significación educativa de los descubrimientos científicos: neuronas, sinapsis y neurotransmisores; partes del cerebro: cerebelo, cerebro y cuerpo calloso; la corteza cerebral; hipocampo y amígdala; sistema límbico y el tálamo.
La experiencia de la aplicación de la neuropsicología al ámbito educativo indica que es conveniente conocer las bases neuropsicológicas del aprendizaje y del neurodesarrollo, partiendo de conocimientos como los que se proponen a continuación.
Sistema Nervioso, neuronas y plasticidad cerebral
Las nociones básicas acerca del Sistema Nervioso, de las neuronas y del tejido neuronal, junto al conocimiento de las oportunidades que representa la plasticidad cerebral, aporta nociones de gran interés para organizar actividades de enriquecimiento en el aula con repercusiones en aprendizajes como la lectura y el lenguaje, la actividad sensorial y motora y el ambiente con oportunidades de desarrollo, como veremos a continuación.
– Sistema Nervioso Central y Sistema Nervioso Periférico:
el Sistema nervioso humano se divide en Sistema Nervioso Central, constituido por el cerebro y la médula espinal, y Sistema Nervioso Periférico, formado por los nervios craneales, los nervios espinales con sus ganglios que ponen en conexión al cerebro y la médula espinal con estructuras periféricas de los músculos, las glándulas y los órganos (Webb y Adler, 2010).
Ambos controlan los movimientos corporales e inervan los órganos sensoriales, y parte de carácter autónomo.
La sensorialidad y el movimiento son claves para el neurodesarrollo del niño y para realizar los procesos cognitivos desde sus primeros años.
– Neuronas y tejido cerebral:
al analizar funciones cognitivas como aprender palabras y números o imaginar un movimiento, se ponen en activación neuronas y regiones de tejido cerebral que contienen millones de neuronas y funcionan como pequeñas baterías (Bakemore y Frith, 2007). Hay una diferencia de voltaje entre el interior (negativo) y el exterior de la célula y al activarse, se descarga un impulso (potencial de acción) y entran iones sodio por poros de la membrana, invirtiendo el voltaje.
A continuación, se liberan neurotransmisores desde el botón terminal de la neurona y pasan a receptores de dendritas de otras neuronas.
Los potenciales de acción producen la activación cerebral.
El crecimiento neuronal se produce por la activación y los procesos, no por las soluciones y, en consecuencia, es conveniente organizar actividades de enriquecimiento en el aula mediante la lectura y el lenguaje, la actividad motora, el pensamiento y la solución de problemas, las artes y el ambiente (Jensen, 2004).
– Plasticidad cerebral:
es una de las características del cerebro y consiste en la capacidad de modificar las conexiones sinápticas (Citri y Malenka, 2008). Se ha demostrado ampliamente la eficacia de la intervención temprana en niños de educación especial en diversos ámbitos sensorial, motor, lingüístico y cognitivo debido a la gran plasticidad existente en los primeros años de vida (García-Navarro, Tacoronte, Sarduy, Abdo, Galvizú, Torres, et al, 2000).
Los mecanismos responsables de los fenómenos de plasticidad para las diferentes funciones y en las distintas áreas del córtex motor, somestésico y las redes relacionadas con la cognición son los mismos que los mostraron mejoras significativas, por lo que podemos afirmar que las investigaciones realizadas muestran las posibilidades de modificaciones y mejora de los procesos de neurodesarrollo en base a la activación y aprovechamiento funcional de todas las estructuras del SNC que conservan su funcionalidad normal e incluso aquellas que presentan funciones incompletas en relación al daño cerebral (Hernández-Muela, Mulas y Mattos, 2004).
El educador puede influir en esos cambios y es importante que conozca el sistema en el que puede influir (García-Moreno, 2013).
La educación pretende desencadenar una serie de ajustes y modificaciones en el aprendizaje y en el neurodesarrollo que requieren de un sistema nervioso en actividad; si los educadores lo conocen, podrán plantear y diseñar estrategias apropiadas a las modificaciones que se requieran en cada edad o caso
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Importancia de la valoración neuropsicológica y de los instrumentos
La APA (2003), afirma que la neuropsicología es una especialidad que aplica los principios de evaluación e intervención sobre la base del estudio científico de la conducta, relacionada con el sistema nervioso central en el niño y en el adulto.
Forman parte de su conocimiento y valoración diferentes aspectos, como la comprensión de la relación del cerebro-conducta y la aplicación del conocimiento a los problemas humanos.
La evaluación neuropsicológica
La evaluación neuropsicológica de los niños en edad escolar debe tener en cuenta la situación de cada niño en cuánto a la fase de formación en que se encuentran los sistemas funcionales del cerebro, relacionando la conducta, los niveles de aprendizaje y el cerebro, tal y como estudia la neuropsicología (García-Moreno, 2014), prestando especial atención a los procesos psíquicos complejos (Kolb y Wishaw, 2009).
Es importante la aplicación de la evaluación neuropsicológica y la experiencia así lo muestra:
a) Para exploración y conocimiento del nivel de desarrollo y diagnóstico de los procesos de aprendizaje.
b) Para la prevención y el desarrollo del potencial de cada niño, teniendo en cuenta la fase anterior y la posterior que tendrá que superar.
c) Para el diseño de programas de intervención en el aula y para la actuación de profesionales especializados, cuando el caso lo requiera.
Todos los profesionales e investigadores que han aplicado la neuropsicología a las dificultades de aprendizaje coinciden en una misma concepción y valoración positiva de lo que aporta (Álvarez y Conde-Guzón, 2009).
Supone un mayor conocimiento y posibilidades de aplicación de los avances de neuropsicología infantil a las edades evolutivas de cada niño y adolescente, mejor aprovechamiento de los conocimientos y utilización del Sistema Nervios Central, la descripción más detallada de los procesos que influyen en el aprendizaje y, en consecuencia, un enriquecimiento de la actividad docente y orientadora. Requisitos para una eficiente evaluación neuropsicológica
Los mismos autores proponen unos requisitos necesarios para llevar a cabo en toda evaluación neuropsicológica (Álvarez y Conde-Guzón, 2009):
– Aproximación comprensiva del nivel del desarrollo del proceso que se valora.
– Identificación de las dificultades y de los trastornos con mayor conocimiento de las bases neuropsicológicas que están en la base.
– Validez ecológica para orientar la intervención de forma eficaz.
– Contextualizar el estudio en las etapas del desarrollo en las que se encuentre el sujeto que se valora.
– Tener en cuenta otras variables socioemocionales.
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Cuando se realizan evaluaciones neuropsicológicas con el rigor científico que se requiere, se pueden transferir los conocimientos y las aportaciones que conlleva al enriquecimiento de la metodología de los programas escolares.
En este sentido, estudios anteriores, como el de Yeates y Taylor (2001), muestran modelos de enseñanza de la lectura que están basados, en parte, en análisis neuropsicológicos de los procesos cognitivos del proceso lector.
Para realizar el diagnóstico neuropsicológico se puede proponer uno a nivel general y otra parte a nivel específico, de forma que la evaluación responda a los procesos de la estructura cognitiva del aprendizaje en general y al de los trastornos específicos en particular; por ejemplo, en el lenguaje se puede valorar desde el proceso auditivo receptivo y expresivo en general y los procesos anártricos o afásicos u otros, según sea la función superior afectada (Geromini, 1996, 2007). Uso de los test y baterías neuropsicológicas representado por el modelo cuantitativo o psicométrico (nace en la escuela de la Haestead, USA).
El modelo cualitativo también se utiliza en neuropsicología, se centra en el proceso de resolución de tareas de sujetos con lesión cerebral (nace en la Psicología soviética con Luria).
Para aplicar bien los instrumentos de valoración neuropsicológica es necesaria la preparación previa y la formación para seleccionar la prueba adecuada al objetivo de valoración. Además, se requieren competencias prácticas de utilización de los manuales correspondientes, de la administración y de la recogida de datos, así como del análisis y la interpretación de los resultados. Es importante asegurar la objetividad en todo el proceso… Criterios de valoración de pruebas estandarizadas
El diagnóstico y las intervenciones eficaces dependen, en gran parte, del diseño y la utilización de instrumentos estandarizados, por lo que es necesario analizar las pruebas disponibles y la calidad en cuanto a su fiabilidad y validez.
Es conveniente recabar la información de cada prueba para valorar su nivel de calidad mediante los datos que aporta (Martín-Lobo, 2003):
– Componentes y procesos neuropsicológicos que mide.
– Metodología utilizada y técnicas de análisis empleados.
– Muestra representativa.
– Reproductibilidad entre evaluadores para cada escala que mide. Test-retest.
– Coeficientes de correlación.
– Coeficiente promedio de límites (95%).
– Coeficientes de Validez.
– Coeficientes de Fiabilidad.
– Otros aspectos en función de la prueba específica que se valora. Pruebas Neuropsicológicas
Las pruebas neuropsicológicas publicadas más utilizadas en la actualidad son las siguientes:
– ENI. Evaluación Neuropsicológica Infantil (Matute, Rosselli, Ardila y Ostrosky, 2007).
– LURIA-INICIAL.
Evaluación neuropsicológica en la edad preescolar (Ramos y Manga, 2006).
– CUMANES. Cuestionario de Madurez Neuropsicológica para Escolares (Portellano, Mateos y Martínez Arias, 2012).
– CUMANIN. Cuestionario de Madurez Neuropsicológica (Portellano, Mateos, Martínez Arias, Granados y Tapia, 2000).
– Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico (Ardila y Ostrosky, 2000). En cada uno de los capítulos de este libro se pueden encontrar las pruebas neuropsicológicas para los procesos que se evalúan.
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Importancia de los instrumentos de valoración neuropsicológica
Disponer de instrumentos y pruebas neuropsicológicas es necesario para identificar los niveles de neurodesarrollo de los niños y adolescentes relacionados con el rendimiento escolar y con la conducta, así como para descubrir las bases neuropsicológicas que subyacen y que se pueden mejorar.
Por ejemplo, el área motora influye de forma directa en el desarrollo integral del niño, en procesos de lectura, de escritura y cognitivos y es necesario valorar el nivel de desarrollo motor. Pues bien, se considera necesario disponer de instrumentos válidos y fácilmente aplicables para identificar características del desarrollo motor que se encuentren fuera de la variabilidad normal del proceso (Hormigal, Comargo y Orozco, 2008).
En algunos casos, es necesario adaptar pruebas ya existentes en diferentes países, como es el caso del estudio realizado para adaptar la prueba Neurosensory Motor Development Assesment, de Estados Unidos, adaptación llevada a cabo por estos mismos autores.
Estos mismos autores explican los procesos necesarios para la adaptación y creación de pruebas que se deben realizar con el fin de que garanticen el rigor científico, la ética, la fiabilidad y validez que este tipo de instrumentos requieren:
– Diseño del instrumento o de su adaptación por parte de un investigador o grupo de investigación.
– Aprobación por un Comité de Ética, siguiendo las recomendaciones para la investigación en seres humanos establecidas en la Declaración de Helsinki, respetando los principios básicos de la ética biomédica. Esta declaración se elaboró y firmó por parte de la Asamblea Médica Mundial en Helsinki (Finlandia) en 1964 y fue ratificada sucesivamente en las asambleas siguientes, incluyendo la última en Fortaleza (Brasil) en 2013.
La Declaración está destinada principalmente a los médicos, aunque la AMM insta a otros involucrados en la investigación médica en seres humanos a adoptar estos principios. – Revisión del instrumento por parte de expertos y reorganización y redefinición del instrumento con las aportaciones formuladas por los expertos.
– Selección de la muestra. La participación de personas debe realizarse a través de un consentimiento informado en la investigación de forma voluntaria.
– Aplicación y valoración de la prueba piloto por varios evaluadores. Es conveniente repetir la aplicación y valoración de la prueba para evaluar la reproducibilidad entre evaluadores.
– Análisis de la información aplicando los estudios estadísticos necesarios en este tipo de pruebas: medidas de tendencia central y dispersión para caracterizar la población, de reproductibilidad intra y entre evaluadores, concordancia entre las mediciones (entre 0, 60 y 0, 80 se considera buena y en 0,80 casi perfecta). – Redefinición de la prueba.
– Aplicación de la prueba al número de sujetos representativos de la población para la que se destina.
– Análisis y valoración estadística de los resultados. – Elaboración definitiva de la prueba.
– Publicación de la prueba y difusión de los resultados de la investigación. Todos los componentes del grupo de investigación son responsables de la integridad y exactitud de sus informes, deben aceptar las normas éticas de entrega de información y cumplir las normas éticas establecidas.
Para llevar a cabo los procesos de creación y validación de pruebas, es necesario contar con profesionales expertos en los procesos neuropsicológicos y en métodos de investigación neuropsicológica, de forma que se pueda asegurar el rigor científico y profesional que este tipo de pruebas requieren.
Importancia de la valoración neuropsicológica y de los instrumentos La APA (2003),
afirma que la neuropsicología es una especialidad que aplica los principios de evaluación e intervención sobre la base del estudio científico de la conducta, relacionada con el sistema nervioso central en el niño y en el adulto.
Forman parte de su conocimiento y valoración diferentes aspectos, como la comprensión de la relación del cerebro-conducta y la aplicación del conocimiento a los problemas humanos.
La evaluación neuropsicológica
La evaluación neuropsicológica de los niños en edad escolar debe tener en cuenta la situación de cada niño en cuánto a la fase de formación en que se encuentran los sistemas funcionales del cerebro, relacionando la conducta, los niveles de aprendizaje y el cerebro, tal y como estudia la neuropsicología (García-Moreno, 2014), prestando especial atención a los procesos psíquicos complejos (Kolb y Wishaw, 2009).
Es importante la aplicación de la evaluación neuropsicológica y la experiencia así lo muestra:
a) Para exploración y conocimiento del nivel de desarrollo y diagnóstico de los procesos de aprendizaje.
b) Para la prevención y el desarrollo del potencial de cada niño, teniendo en cuenta la fase anterior y la posterior que tendrá que superar.
c) Para el diseño de programas de intervención en el aula y para la actuación de profesionales especializados, cuando el caso lo requiera.
Todos los profesionales e investigadores que han aplicado la neuropsicología a las dificultades de aprendizaje coinciden en una misma concepción y valoración positiva de lo que aporta (Álvarez y Conde-Guzón, 2009).
Supone un mayor conocimiento y posibilidades de aplicación de los avances de neuropsicología infantil a las edades evolutivas de cada niño y adolescente, mejor aprovechamiento de los conocimientos y utilización del Sistema Nervios Central, la descripción más detallada de los procesos que influyen en el aprendizaje y, en consecuencia, un enriquecimiento de la actividad docente y orientadora.
Requisitos para una eficiente evaluación neuropsicológica
Los mismos autores proponen unos requisitos necesarios para llevar a cabo en toda evaluación neuropsicológica (Álvarez y Conde-Guzón, 2009):
– Aproximación comprensiva del nivel del desarrollo del proceso que se valora.
– Identificación de las dificultades y de los trastornos con mayor conocimiento de las bases neuropsicológicas que están en la base.
– Validez ecológica para orientar la intervención de forma eficaz.
– Contextualizar el estudio en las etapas del desarrollo en las que se encuentre el sujeto que se valora.
– Tener en cuenta otras variables socioemocionales.La educación , la rehabilitación y la terapia psicomotriz son parte de las
Competencias psicomotrices ...
Diseño Corrrespondiente: Denominación Social: Corporación Neuropsicológica. Centros de Diagnóstico y Tratamiento. S. L. Teléfono: 91.867.60.20 ó 654.100.150 Madrid-España
Cuando se realizan evaluaciones neuropsicológicas con el rigor científico que se requiere, se pueden transferir los conocimientos y las aportaciones que conlleva al enriquecimiento de la metodología de los programas escolares.
En este sentido, estudios anteriores, como el de Yeates y Taylor (2001), muestran modelos de enseñanza de la lectura que están basados, en parte, en análisis neuropsicológicos de los procesos cognitivos del proceso lector.
Para realizar el diagnóstico neuropsicológico se puede proponer uno a nivel general y otra parte a nivel específico, de forma que la evaluación responda a los procesos de la estructura cognitiva del aprendizaje en general y al de los trastornos específicos en particular; por ejemplo, en el lenguaje se puede valorar desde el proceso auditivo receptivo y expresivo en general y los procesos anártricos o afásicos u otros, según sea la función superior afectada (Geromini, 1996, 2007).
Uso de los test y baterías neuropsicológicas representado por el modelo cuantitativo o psicométrico (nace en la escuela de la Haestead, USA).
El modelo cualitativo también se utiliza en neuropsicología, se centra en el proceso de resolución de tareas de sujetos con lesión cerebral (nace en la Psicología soviética con Luria).
Para aplicar bien los instrumentos de valoración neuropsicológica es necesaria la preparación previa y la formación para seleccionar la prueba adecuada al objetivo de valoración. Además, se requieren competencias prácticas de utilización de los manuales correspondientes, de la administración y de la recogida de datos, así como del análisis y la interpretación de los resultados.
Es importante asegurar la objetividad en todo el proceso… .
Es con la utilización de objetos versátiles y una variedad de medios de interacción, que los niños viven experiencias perceptivas y motrices que genera diversión y aprendizaje. Nuestra meta consiste en apoyar al niño y su familia, con consejos diarios , como también en sus sitios de socialización.
Investigaciones y experiencias de aplicación de la neuropsicología en la educación
En los estudios científicos que se realizan en el ámbito educativo se requiere que la investigación sea educativa y científicamente significativa al mismo tiempo (Howard-Jones, 2011).
En primer lugar, es necesario partir de la base de conocimientos que consideran los científicos y, al mismo tiempo, establecer las condiciones para que tenga suficiente significación para los psicólogos escolares y los educadores.
Esto requiere un enfoque multidisciplinar. Las investigaciones y los estudios que se centran en el cerebro se pueden realizar en cuatro niveles diferentes, dependiendo del objetivo del estudio que se desee conseguir en cada caso (Jensen (2004):
– elaboración de teorías del aprendizaje y del cerebro
– descubrimiento de laboratorio
– estudios clínicos
– aplicaciones en el contexto.
Las aplicaciones en el contexto son las que se realizan en los centros docentes y suele ser un tipo de investigación-acción que aporta resultados que se pueden verificar en la realidad.
Los propios psicólogos escolares pueden trabajar en equipo con los profesores para tomar datos, aplicar pautas de observación, participar en la aplicación de pruebas sencillas e incluso crear nuevos instrumentos de valoración neuropsicológica para medir aspectos claves en los procesos de aprendizaje y en la madurez infantil y adolescente.
Los maestros y profesores están en contacto durante muchas horas con los estudiantes y además tienen un alto nivel de competencia en el diseño y aplicación de actividades, por lo que pueden aportar el diseño de tareas experimentales para estudios científicos, completando la visión del psicólogo escolar o clínico con la perspectiva y el dominio de las metodologías educativas.
Participación en el proceso de valoración
Durante la aplicación de las pruebas y el proceso de valoración, el educador puede aportar datos de valoración cualitativa acerca de la conducta, las habilidades neuropsicológicas de tipo sensorial y motriz observadas durante la prueba, sobre estrategias cognitivas y actitudes mostradas.
Dicha información enriquece el diagnóstico, aporta un conocimiento más completo y se puede recoger con un carácter formal para incluir en la información a analizar. Por ejemplo, en los estudios de tecnología educativa la participación del usuario se considera clave en la fase de diseño (Facer, 2004).
En los informes de estudios científicos se suelen plasmar conclusiones de tipo especulativo nada más y se podrían añadir comentarios críticos sobre la relación que puede existir entre los descubrimientos experimentales y el aprendizaje, proporcionando orientaciones que los psicólogos escolares y los educadores puedan poner en práctica.
Estudios basados en la práctica
El interés de los educadores por la investigación neuropsicológica en la práctica educativa se incrementa cuando descubren la posibilidad de estudiar los problemas que se encuentran en el aula, desde una perspectiva científica y neuropsicológica. Basar estudios acerca de cómo funciona el cerebro para aprender, aplicar pautas y pruebas a los alumnos que no obtienen un buen rendimiento escolar o valorar con objetividad científica los efectos de la aplicación de programas supone un gran aliciente para ellos.
La neuropsicología infantil
dirige su análisis a las problemáticas del desarrollo y es necesaria para explicar las funciones cerebrales relacionadas con la formación cognoscitiva durante la infancia y la adolescencia.
Estas funciones se adquieren a lo largo del desarrollo individual, como resultado del desarrollo filogenético y ontogenético (Pérez, Escotto, Arango y Quintanar, 2014).
De forma específica, se estudian los cambios evolutivos del sistema nervioso que se llevan a cabo durante la infancia y sus implicaciones en la conducta, así como las alteraciones bioquímicas o ambientales que se pueden dar (Portellano, 2008). Existe una neuropsicología del desarrollo que estudia las relaciones cerebro-conducta en los niños y las niñas y, a su vez se relaciona con otras ciencias como la neuropediatría, la psicología evolutiva, la psicología clínica infantil, la psicología pediátrica, la psicopedagogía y la neuropsicología educativa que tienen el objetivo común de favorecer el desarrollo y el potencial del niño y del adolescente.
Podemos enmarcar la neuropsicología infantil en las neurociencias conductuales y en la neuropsicología que tienen como objetivo el estudio entre el cerebro y la conducta en sujetos sanos y en los que han sufrido una lesión cerebral.
En este sentido, ya Alexander Luria definió la neuropsicología como neurofisiología de los niveles superiores (Luria, 1980), en las que las funciones superiores son el resultado del procesamiento cerebral y en las que están implicadas las áreas de asociación occipito-parieto-temporal y prefrontal del córtex cerebral. Por otra parte, la neurociencia cognitiva enfatiza los procesos cognitivos de la neuropsicología y extrae conclusiones sobre los procesos cognitivos normales a partir de los trastornos estudiados (Feinberg y Farah, 2006).
Utiliza los datos neuropsicológicos para elaborar y contrastar modelos teóricos de la estructura, del funcionamiento cognitivo y de sus posibles bases neuroanatómicas y se englobada en el campo de las neurociencias los estudios de la relación cerebro-conducta (Allen, 2002). Procesos e instrumentos de evaluación neuropsicológica educativa.
Estos conocimientos hacen posible plantearnos qué aportaciones puede dar la neuropsicología a los procesos de aprendizaje, al desarrollo infantil y juvenil y qué instrumentos de valoración neuropsicológica se pueden utilizar para un conocimiento más profundo y científico de los estudiantes. Sin duda, conocer las ciencias neuropsicológicas y su posible aplicación, añadirán rigor científico y, al mismo tiempo, humanista a los modelos educativos.
Catálogo de publicaciones del Ministerio: mecd.gob.es Catálogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.es Coordinadoras: Pilar Martín-Lobo y Esperanza Vergara-Moragues Procesos e instrumentos de evaluación neuropsicológica educativa.
Evaluación Neuropsicológica en TEA.
También debemos señalar que existen cuestionarios específicos para el diagnóstico de ciertos subgrupos dentro del TEA.
En concreto, el ASSQ (The High Functioning Autism Spectrum Screening Questionnaire) para el Autismo de Alto Funcionamiento; y el ASAS (The Australian Scales for Asperger Sindrome) y el CAST (The Childhood Asperger Síndrome Test) para el Síndrome de Asperger. Son cuestionarios para padres o profesores, cuyos ítems se basan en el perfil lingüístico, cognitivo y de comportamiento que muestran las personas de estos subgrupos.
La evaluación neuropsicológica del TEA, además de la valoración diagnóstica, se centra en conocer el perfil global del funcionamiento de la persona con TEA. Por tanto, estas pruebas diagnósticas se complementan con las valoraciones de otras áreas, tales como el perfil de desarrollo y la evaluación de la comunicación y lenguaje.
La evaluación del perfil de desarrollo del niño permite identificar los puntos fuertes y débiles en distintas áreas: procesamiento sensorial, motricidad, autonomía comunicación y socialización. Con esta información se podrán diseñar los objetivos de intervención específicos para ese Procesos e instrumentos de evaluación neuropsicológica educativa. Capítulo 15 231 niño en las diferentes áreas. Existen diversas escalas e inventarios de desarrollo, aunque entre las más utilizadas tenemos el Inventario de Desarrollo Battelle, la Escala de Desarrollo Infantil Bayley, y la Escala Adaptativa Vineland. También es necesario valorar la comunicación verbal y no verbal del niño, con pruebas como el SCQ (Cuestionario de Comunicación Social) y el ECO (Evaluación de la Comunicación). Asimismo, hay que evaluar el desarrollo del lenguaje, tanto expresivo como comprensivo, con instrumentos como: la Escala del Desarrollo del Lenguaje Reynell, el BLOC (Batería del Lenguaje Objetiva y Criterial) o el PLON (Prueba del Lenguaje Oral de Navarra). Una valoración de los 4 componentes del lenguaje también aporta datos relevantes para la evaluación. En concreto, habría que evaluar el nivel fonológico (Prueba de Desarrollo Fonológico de Laura Bosh o Registro Fonológico Inducido); el nivel léxico (PEABODY: Test de Vocabulario en Imágenes); el nivel morfosintáctico (T.S.A.: Desarrollo de la Morfosintaxis en el niño); y el nivel pragmático (Perfil Pragmático de las Habilidades Comunicativas Tempranas). Por otra parte, la evaluación neuropsicológica tiene que permitirnos conocer el funcionamiento de ciertos procesos cognitivos y su relación con el funcionamiento de ciertas áreas y sistemas del cerebro
Nuestro Equipo aborda todas las medidas destinadas a reducir el impacto de las condiciones de discapacidad/incapacidad y minusvalía y a hacer posible que alcancen la integración social, con el objetivo no sólo de entrenar a personas con discapacidad incapacidad y minusválidas a adaptarse a su entorno, sino también intervenir en su entorno inmediato, para facilitar su integración social.
Nuestra Tarea consiste en coordinar y asegurar la puesta en funcionamiento y la aplicación del tratamiento de todas las actividades que se emplean para prevenir o reducir al mínimo inevitable las consecuencias funcionales, físicas, psicológicas,sociales y económicas de los pacientes con diversidad funcional .
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Las ciencias neuropsicológicas y su relación con la neuropsicología educativa
Los avances científicos sobre el cerebro han favorecido la aplicación de los conocimientos de la relación del cerebro, la mente y la conducta con enfoques diversos, dando lugar a diferentes ciencias como son, por una parte, la neurología de la conducta y la neuropsiquiatría y, por otra, la neuropsicología básica con dos disciplinas (neuropsicología fisiológica y neuropsicología cognitiva) y la neuropsicología clínica (Pérez, Puente y Vilar-López, 2009):
– La neuropsicología básica se compone de las disciplinas psicológicas que tienen como objetivo el conocimiento y la comprensión de la relación cerebro y conducta. Se pueden distinguir dentro de la neuropsicología básica dos disciplinas:
• La neuropsicología fisiológica que estudia las bases biológicas y neuroanatómicas de la conducta.
• La neuropsicología cognitiva es parte de la neuropsicología básica y tiene por objeto el estudio de la estructura y funciones del sistema cognitivo normal a través de pacientes con daño cerebral y de sujetos normales (Pérez, Puente y Vilar-López, 2009. p 21).
– La neuropsicología clínica es una disciplina de la neuropsicología aplicada que tiene por objeto evaluar y rehabilitar alteraciones de daño cerebral mediante su propio desarrollo y las aportaciones de las ciencias neuropsicológicas.
Hay dos grandes áreas de aplicación:
la evaluación neuropsicológica y la rehabilitación neuropsicológica.
Todas las ciencias neuropsicológicas tienen partes comunes en cuanto que comparten los mismos sujetos a quienes estudian y tratan, e, incluso, comparten instrumentos de valoración neuropsicológica, conocimientos y tratamientos; la diferencia está en el objetivo de cada una de ellas.
La neuropsicología educativa se puede considerar parte de la neuropsicología básica (se nutre de la neuropsicología fisiológica y de la neuropsicología cognitiva) y se relaciona estrechamente con la neuropsicología clínica en los sujetos que trata en edad escolar.
Por una parte, el neuropsicólogo cognitivo y el neuropsicólogo clínico, actúan en muchas ocasiones en los mismos sujetos que asisten a un centro educativo y encuentran un gran apoyo si el psicólogo escolar y los profesores tienen la formación necesaria para comprender la situación de cada caso y apoyar las orientaciones que da el neuropsicólogo en la actividad escolar diaria.
La experiencia de aplicación de la neuropsicología en el centro educativo es muy interesante porque el diagnóstico y las orientaciones de rehabilitación sugeridas por el neuropsicólogo clínico o cognitivo encuentran el ambiente adecuado al tratamiento para obtener una mayor efectividad.
La colaboración entre el centro clínico, los psicólogos escolares, los profesores y los padres son claves para la mejora de los procesos neuropsicológicos que están en la base del rendimiento escolar, tal y como muestran las publicaciones de en torno a la mejora del rendimiento escolar mediante la incorporación de la neuropsicología al ámbito educativo (Martín-Lobo, 2003; 2006).
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Relaciones entre la Neuropsicología clínica y la neuropsicología educativa
Existe relación entre la neuropsicología educativa y la neuropsicología clínica en cuánto al estudio de la normalidad que la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association o APA) (2003), incluye en el estudio de la neuropsicología, puesto que estudia la conducta humana y sus relaciones con el funcionamiento normal del sistema nervioso central (no sólo anormal) y la especialidad está dedicada a mejorar el entendimiento de las relaciones cerebro-conducta y de la aplicación de dichos conocimientos a los problemas humanos.
El conocimiento del cerebro por parte de los psicólogos, psicopedagogos y educadores tiene gran importancia porque es fundamental que los educadores conozcan cómo evoluciona el sistema sobre el que intervienen cuando se educa (García-Moreno, 2014).
Toda conducta tiene una base neuropsicológica en cuanto que la actividad se realiza interviniendo el Sistema Nervioso con una dotación genética, la influencia del ambiente y la acción de la propia persona que ejerce su voluntad y su libertad.
Desde una perspectiva psicológica, pedagógica y neuropsicológica la persona tiene la oportunidad de llevar a cabo acciones que favorecen la modificación de circuitos nerviosos para adquirir las habilidades básicas a nivel sensorial, motriz y más complejas a nivel propiamente cognitivo y afectivo.
“En la medida en que el cerebro recibe e interpreta las informaciones sensoriales, se comunica con los demás y se relaciona mediante el lenguaje y la motricidad, construye su continuidad, y por tanto, su identidad coherente a través de la memoria” (Gil, 2007, pp. 1).
La neuropsicología clínica y la neuropsicología educativa pueden trabajar conjuntamente, sobre todo en neuropsicología infantil y en la adolescencia, puesto que en muchos casos son los mismos sujetos los que son diagnosticados y tratados por un neuropsicólogo clínico y, al mismo tiempo, realizan las tareas educativas en un centro escolar.
Psicólogos escolares, psicólogos clínicos, neuropsicólogos y educadores tienen el mismo objetivo de la mejora del niño o joven y comparten pautas de observación, instrumentos de evaluación y orientaciones metodológicas para la mejora de los procesos estudiados.
Lógicamente, cada profesional realiza las tareas que le competen de conocimiento y orientación de los alumnos, según el nivel de especialización que exige la competencia de cada especialidad en el ámbito clínico o educativo, sumando siempre para conseguir el objetivo de la mejora de cada niño.
El neuropsicólogo debe favorecer la integración del sujeto a su medio y en el entorno cotidiano, forma parte de un equipo multidisciplinar (Pérez, Escotto, Arango y Quintanar, 2014), que selecciona los instrumentos de valoración neuropsicológica y los programas de tratamiento e intervención y coordina sus acciones profesionales con el resto de profesionales que actúan con el niño o adolescente.
En síntesis, los avances de investigación y de aplicación de la neuropsicología básica y de la neuropsicología clínica están demandando el desarrollo, ya en marcha, de la neuropsicología educativa; ésta puede dar respuesta y aportaciones científicas y profesionales a la necesaria mejora de la calidad educativa y a la colaboración de los neuropsicólogos cognitivos y clínicos con los profesionales educativos en el ámbito escolar.
Aplicación de la neuropsicología al ámbito escolar
El planteamiento de aplicar los avances científicos sobre el cerebro a la educación se está llevando a cabo con el objeto de comprender mejor los procesos de aprendizaje y de plantear intervenciones específicas que podrían integrarse y aplicarse a los fenómenos del aprendizaje y de la enseñanza (Bruer, 1997; Szucs, Goswami, 2007; Varma, McCansliss, Schwartz,, 2008). Investigadores, científicos y profesionales de la neurociencia, la neuropsicología, la psicología y la educación proponen tender un puente entre dos perspectivas distintas del aprendizaje para enriquecer tanto la interpretación científica como la educativa, trabajando conjuntamente en actividades de investigación que construyan los conocimientos necesarios (Howard-Jones, 2011).
Para ello, se requiere partir de una mentalidad abierta, dispuesta a seguir aprendiendo acerca del cerebro y del aprendizaje a nivel científico y educativo, junto con los métodos y técnicas que se pueden aplicar.
De ello se derivan:
– Nuevos conocimientos y procedimientos innovadores para los investigadores y para los psicólogos educativos que tienen la oportunidad de aprender y de profundizar en los procesos cerebrales relacionados con el aprendizaje y con el neurodesarrollo.
– Ampliación de su campo de acción profesional y personal, ya que se abren y se coordinan en dos mundos diferentes, el de la neuropsicología y el educativo, con un objetivo común que es el biede los niños y de los adolescentes, incorporando un soporte científico al proceso educativo y las mejoras metodológicas consecuentes que hacen posible las mejoras de las calificaciones escolares.
– Enriquecimiento de la realidad educativa con los avances de la neuropsicología y del campo de la investigación neuropsicológica para la educación.
– Enriquecimiento de la neuropsicología a través del estudio, la investigación y las propuestas de programas al ámbito de la psicología educativa y de la educación.
– Aportaciones y coordinación entre los profesionales de la psicología educativa, los educadores y la psicología clínica para la prevención e interpretación de diagnósticos, así como para las intervenciones de quien requiere un tratamiento neuropsicológico y educativo al mismo tiempo.
La colaboración entre los neurocientíficos, neuropsicólogos y educadores dará el fruto de una mejor educación de niños y jóvenes para una sociedad mejor preparada para el futuro (Caew y Magasamen, 2010).
Objetivos de la Neuropsicología
Educativa El objetivo de la aplicación de la neuropsicología en el ámbito escolar es enriquecer la realidad educativa; podríamos especificar tres aspectos claves en los que índice directamente, como son la prevención, el desarrollo y la atención a la diversidad y a las diferencias específicas (Martín-Lobo, 2012):
– La prevención para adelantarse a las dificultades e identificar cuáles pueden ser los riesgos cercanos que se pueden dar, así como pronosticar aspectos del desarrollo más débiles que pueden surgir en las siguientes etapas escolares, si no existe un buen nivel de neurodesarrollo (Solovieva, Quintanar, 2000, 2002).
– El desarrollo del potencial de cada alumno, siguiendo modelo de Luria (1980) en el que se activan las áreas de asociación occipito-parieto-temporales para facilitar la entrada de la información en el cerebro, después se procesa dicha información en diferentes áreas entra las que está el córtex prefrontal y de esta forma se puedan llevar a cabo las funciones superiores del pensamiento.
– La atención a las necesidades específicas de cada alumno para corregir y reorientar las dificultades de aprendizaje que es uno de los puntos clave de la investigación neuropsicológica y de la práctica de la neuropsicología para superarlas (Semago, Semago (2003); Glozman, 2006, 2009; Akhutina y Krichevet, 2002). Un planteamiento educativo desde la base neuropsicológica hace posible adelantarnos y evitar posibles dificultades de aprendizaje y puede marcar qué periodo evolutivo y qué momento es el más adecuado para un aprendizaje (Baerkhih, 2009).
Bases neuropsicológicas del aprendizaje
Para comprender la significación educativa de los descubrimientos científicos, es necesario conocer los procesos cerebrales básicos del cerebro y sus implicaciones educativas.
Diferentes autores han estudiado y aplicado programas de formación para científicos y educadores (Ortiz, 2009; García-Moreno, 2014), de neuropsicología infantil (Portellano, 2010) y se han desarrollado planes de estudio de neuropsicología y neurociencia y educación como postgrados oficiales y títulos universitarios (Martín-Lobo, 2012). Howard-Jones (2011), propone que se estudien conocimientos básicos de Neuroanatomía para para comprender la significación educativa de los descubrimientos científicos: neuronas, sinapsis y neurotransmisores; partes del cerebro: cerebelo, cerebro y cuerpo calloso; la corteza cerebral; hipocampo y amígdala; sistema límbico y el tálamo.
La experiencia de la aplicación de la neuropsicología al ámbito educativo indica que es conveniente conocer las bases neuropsicológicas del aprendizaje y del neurodesarrollo, partiendo de conocimientos como los que se proponen a continuación.
Sistema Nervioso, neuronas y plasticidad cerebral
Las nociones básicas acerca del Sistema Nervioso, de las neuronas y del tejido neuronal, junto al conocimiento de las oportunidades que representa la plasticidad cerebral, aporta nociones de gran interés para organizar actividades de enriquecimiento en el aula con repercusiones en aprendizajes como la lectura y el lenguaje, la actividad sensorial y motora y el ambiente con oportunidades de desarrollo, como veremos a continuación.
– Sistema Nervioso Central y Sistema Nervioso Periférico:
el Sistema nervioso humano se divide en Sistema Nervioso Central, constituido por el cerebro y la médula espinal, y Sistema Nervioso Periférico, formado por los nervios craneales, los nervios espinales con sus ganglios que ponen en conexión al cerebro y la médula espinal con estructuras periféricas de los músculos, las glándulas y los órganos (Webb y Adler, 2010).
Ambos controlan los movimientos corporales e inervan los órganos sensoriales, y parte de carácter autónomo.
La sensorialidad y el movimiento son claves para el neurodesarrollo del niño y para realizar los procesos cognitivos desde sus primeros años.
– Neuronas y tejido cerebral:
al analizar funciones cognitivas como aprender palabras y números o imaginar un movimiento, se ponen en activación neuronas y regiones de tejido cerebral que contienen millones de neuronas y funcionan como pequeñas baterías (Bakemore y Frith, 2007). Hay una diferencia de voltaje entre el interior (negativo) y el exterior de la célula y al activarse, se descarga un impulso (potencial de acción) y entran iones sodio por poros de la membrana, invirtiendo el voltaje.
A continuación, se liberan neurotransmisores desde el botón terminal de la neurona y pasan a receptores de dendritas de otras neuronas.
Los potenciales de acción producen la activación cerebral.
El crecimiento neuronal se produce por la activación y los procesos, no por las soluciones y, en consecuencia, es conveniente organizar actividades de enriquecimiento en el aula mediante la lectura y el lenguaje, la actividad motora, el pensamiento y la solución de problemas, las artes y el ambiente (Jensen, 2004).
– Plasticidad cerebral:
es una de las características del cerebro y consiste en la capacidad de modificar las conexiones sinápticas (Citri y Malenka, 2008). Se ha demostrado ampliamente la eficacia de la intervención temprana en niños de educación especial en diversos ámbitos sensorial, motor, lingüístico y cognitivo debido a la gran plasticidad existente en los primeros años de vida (García-Navarro, Tacoronte, Sarduy, Abdo, Galvizú, Torres, et al, 2000).
Los mecanismos responsables de los fenómenos de plasticidad para las diferentes funciones y en las distintas áreas del córtex motor, somestésico y las redes relacionadas con la cognición son los mismos que los mostraron mejoras significativas, por lo que podemos afirmar que las investigaciones realizadas muestran las posibilidades de modificaciones y mejora de los procesos de neurodesarrollo en base a la activación y aprovechamiento funcional de todas las estructuras del SNC que conservan su funcionalidad normal e incluso aquellas que presentan funciones incompletas en relación al daño cerebral (Hernández-Muela, Mulas y Mattos, 2004).
El educador puede influir en esos cambios y es importante que conozca el sistema en el que puede influir (García-Moreno, 2013).
La educación pretende desencadenar una serie de ajustes y modificaciones en el aprendizaje y en el neurodesarrollo que requieren de un sistema nervioso en actividad; si los educadores lo conocen, podrán plantear y diseñar estrategias apropiadas a las modificaciones que se requieran en cada edad o caso
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Importancia de la valoración neuropsicológica y de los instrumentos
La APA (2003), afirma que la neuropsicología es una especialidad que aplica los principios de evaluación e intervención sobre la base del estudio científico de la conducta, relacionada con el sistema nervioso central en el niño y en el adulto.
Forman parte de su conocimiento y valoración diferentes aspectos, como la comprensión de la relación del cerebro-conducta y la aplicación del conocimiento a los problemas humanos.
La evaluación neuropsicológica
La evaluación neuropsicológica de los niños en edad escolar debe tener en cuenta la situación de cada niño en cuánto a la fase de formación en que se encuentran los sistemas funcionales del cerebro, relacionando la conducta, los niveles de aprendizaje y el cerebro, tal y como estudia la neuropsicología (García-Moreno, 2014), prestando especial atención a los procesos psíquicos complejos (Kolb y Wishaw, 2009).
Es importante la aplicación de la evaluación neuropsicológica y la experiencia así lo muestra:
a) Para exploración y conocimiento del nivel de desarrollo y diagnóstico de los procesos de aprendizaje.
b) Para la prevención y el desarrollo del potencial de cada niño, teniendo en cuenta la fase anterior y la posterior que tendrá que superar.
c) Para el diseño de programas de intervención en el aula y para la actuación de profesionales especializados, cuando el caso lo requiera.
Todos los profesionales e investigadores que han aplicado la neuropsicología a las dificultades de aprendizaje coinciden en una misma concepción y valoración positiva de lo que aporta (Álvarez y Conde-Guzón, 2009).
Supone un mayor conocimiento y posibilidades de aplicación de los avances de neuropsicología infantil a las edades evolutivas de cada niño y adolescente, mejor aprovechamiento de los conocimientos y utilización del Sistema Nervios Central, la descripción más detallada de los procesos que influyen en el aprendizaje y, en consecuencia, un enriquecimiento de la actividad docente y orientadora. Requisitos para una eficiente evaluación neuropsicológica
Los mismos autores proponen unos requisitos necesarios para llevar a cabo en toda evaluación neuropsicológica (Álvarez y Conde-Guzón, 2009):
– Aproximación comprensiva del nivel del desarrollo del proceso que se valora.
– Identificación de las dificultades y de los trastornos con mayor conocimiento de las bases neuropsicológicas que están en la base.
– Validez ecológica para orientar la intervención de forma eficaz.
– Contextualizar el estudio en las etapas del desarrollo en las que se encuentre el sujeto que se valora.
– Tener en cuenta otras variables socioemocionales.
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Cuando se realizan evaluaciones neuropsicológicas con el rigor científico que se requiere, se pueden transferir los conocimientos y las aportaciones que conlleva al enriquecimiento de la metodología de los programas escolares.
En este sentido, estudios anteriores, como el de Yeates y Taylor (2001), muestran modelos de enseñanza de la lectura que están basados, en parte, en análisis neuropsicológicos de los procesos cognitivos del proceso lector.
Para realizar el diagnóstico neuropsicológico se puede proponer uno a nivel general y otra parte a nivel específico, de forma que la evaluación responda a los procesos de la estructura cognitiva del aprendizaje en general y al de los trastornos específicos en particular; por ejemplo, en el lenguaje se puede valorar desde el proceso auditivo receptivo y expresivo en general y los procesos anártricos o afásicos u otros, según sea la función superior afectada (Geromini, 1996, 2007). Uso de los test y baterías neuropsicológicas representado por el modelo cuantitativo o psicométrico (nace en la escuela de la Haestead, USA).
El modelo cualitativo también se utiliza en neuropsicología, se centra en el proceso de resolución de tareas de sujetos con lesión cerebral (nace en la Psicología soviética con Luria).
Para aplicar bien los instrumentos de valoración neuropsicológica es necesaria la preparación previa y la formación para seleccionar la prueba adecuada al objetivo de valoración. Además, se requieren competencias prácticas de utilización de los manuales correspondientes, de la administración y de la recogida de datos, así como del análisis y la interpretación de los resultados. Es importante asegurar la objetividad en todo el proceso… Criterios de valoración de pruebas estandarizadas
El diagnóstico y las intervenciones eficaces dependen, en gran parte, del diseño y la utilización de instrumentos estandarizados, por lo que es necesario analizar las pruebas disponibles y la calidad en cuanto a su fiabilidad y validez.
Es conveniente recabar la información de cada prueba para valorar su nivel de calidad mediante los datos que aporta (Martín-Lobo, 2003):
– Componentes y procesos neuropsicológicos que mide.
– Metodología utilizada y técnicas de análisis empleados.
– Muestra representativa.
– Reproductibilidad entre evaluadores para cada escala que mide. Test-retest.
– Coeficientes de correlación.
– Coeficiente promedio de límites (95%).
– Coeficientes de Validez.
– Coeficientes de Fiabilidad.
– Otros aspectos en función de la prueba específica que se valora. Pruebas Neuropsicológicas
Las pruebas neuropsicológicas publicadas más utilizadas en la actualidad son las siguientes:
– ENI. Evaluación Neuropsicológica Infantil (Matute, Rosselli, Ardila y Ostrosky, 2007).
– LURIA-INICIAL.
Evaluación neuropsicológica en la edad preescolar (Ramos y Manga, 2006).
– CUMANES. Cuestionario de Madurez Neuropsicológica para Escolares (Portellano, Mateos y Martínez Arias, 2012).
– CUMANIN. Cuestionario de Madurez Neuropsicológica (Portellano, Mateos, Martínez Arias, Granados y Tapia, 2000).
– Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico (Ardila y Ostrosky, 2000). En cada uno de los capítulos de este libro se pueden encontrar las pruebas neuropsicológicas para los procesos que se evalúan.
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Importancia de los instrumentos de valoración neuropsicológica
Disponer de instrumentos y pruebas neuropsicológicas es necesario para identificar los niveles de neurodesarrollo de los niños y adolescentes relacionados con el rendimiento escolar y con la conducta, así como para descubrir las bases neuropsicológicas que subyacen y que se pueden mejorar.
Por ejemplo, el área motora influye de forma directa en el desarrollo integral del niño, en procesos de lectura, de escritura y cognitivos y es necesario valorar el nivel de desarrollo motor. Pues bien, se considera necesario disponer de instrumentos válidos y fácilmente aplicables para identificar características del desarrollo motor que se encuentren fuera de la variabilidad normal del proceso (Hormigal, Comargo y Orozco, 2008).
En algunos casos, es necesario adaptar pruebas ya existentes en diferentes países, como es el caso del estudio realizado para adaptar la prueba Neurosensory Motor Development Assesment, de Estados Unidos, adaptación llevada a cabo por estos mismos autores.
Estos mismos autores explican los procesos necesarios para la adaptación y creación de pruebas que se deben realizar con el fin de que garanticen el rigor científico, la ética, la fiabilidad y validez que este tipo de instrumentos requieren:
– Diseño del instrumento o de su adaptación por parte de un investigador o grupo de investigación.
– Aprobación por un Comité de Ética, siguiendo las recomendaciones para la investigación en seres humanos establecidas en la Declaración de Helsinki, respetando los principios básicos de la ética biomédica. Esta declaración se elaboró y firmó por parte de la Asamblea Médica Mundial en Helsinki (Finlandia) en 1964 y fue ratificada sucesivamente en las asambleas siguientes, incluyendo la última en Fortaleza (Brasil) en 2013.
La Declaración está destinada principalmente a los médicos, aunque la AMM insta a otros involucrados en la investigación médica en seres humanos a adoptar estos principios. – Revisión del instrumento por parte de expertos y reorganización y redefinición del instrumento con las aportaciones formuladas por los expertos.
– Selección de la muestra. La participación de personas debe realizarse a través de un consentimiento informado en la investigación de forma voluntaria.
– Aplicación y valoración de la prueba piloto por varios evaluadores. Es conveniente repetir la aplicación y valoración de la prueba para evaluar la reproducibilidad entre evaluadores.
– Análisis de la información aplicando los estudios estadísticos necesarios en este tipo de pruebas: medidas de tendencia central y dispersión para caracterizar la población, de reproductibilidad intra y entre evaluadores, concordancia entre las mediciones (entre 0, 60 y 0, 80 se considera buena y en 0,80 casi perfecta). – Redefinición de la prueba.
– Aplicación de la prueba al número de sujetos representativos de la población para la que se destina.
– Análisis y valoración estadística de los resultados. – Elaboración definitiva de la prueba.
– Publicación de la prueba y difusión de los resultados de la investigación. Todos los componentes del grupo de investigación son responsables de la integridad y exactitud de sus informes, deben aceptar las normas éticas de entrega de información y cumplir las normas éticas establecidas.
Para llevar a cabo los procesos de creación y validación de pruebas, es necesario contar con profesionales expertos en los procesos neuropsicológicos y en métodos de investigación neuropsicológica, de forma que se pueda asegurar el rigor científico y profesional que este tipo de pruebas requieren.
Importancia de la valoración neuropsicológica y de los instrumentos La APA (2003),
afirma que la neuropsicología es una especialidad que aplica los principios de evaluación e intervención sobre la base del estudio científico de la conducta, relacionada con el sistema nervioso central en el niño y en el adulto.
Forman parte de su conocimiento y valoración diferentes aspectos, como la comprensión de la relación del cerebro-conducta y la aplicación del conocimiento a los problemas humanos.
La evaluación neuropsicológica
La evaluación neuropsicológica de los niños en edad escolar debe tener en cuenta la situación de cada niño en cuánto a la fase de formación en que se encuentran los sistemas funcionales del cerebro, relacionando la conducta, los niveles de aprendizaje y el cerebro, tal y como estudia la neuropsicología (García-Moreno, 2014), prestando especial atención a los procesos psíquicos complejos (Kolb y Wishaw, 2009).
Es importante la aplicación de la evaluación neuropsicológica y la experiencia así lo muestra:
a) Para exploración y conocimiento del nivel de desarrollo y diagnóstico de los procesos de aprendizaje.
b) Para la prevención y el desarrollo del potencial de cada niño, teniendo en cuenta la fase anterior y la posterior que tendrá que superar.
c) Para el diseño de programas de intervención en el aula y para la actuación de profesionales especializados, cuando el caso lo requiera.
Todos los profesionales e investigadores que han aplicado la neuropsicología a las dificultades de aprendizaje coinciden en una misma concepción y valoración positiva de lo que aporta (Álvarez y Conde-Guzón, 2009).
Supone un mayor conocimiento y posibilidades de aplicación de los avances de neuropsicología infantil a las edades evolutivas de cada niño y adolescente, mejor aprovechamiento de los conocimientos y utilización del Sistema Nervios Central, la descripción más detallada de los procesos que influyen en el aprendizaje y, en consecuencia, un enriquecimiento de la actividad docente y orientadora.
Requisitos para una eficiente evaluación neuropsicológica
Los mismos autores proponen unos requisitos necesarios para llevar a cabo en toda evaluación neuropsicológica (Álvarez y Conde-Guzón, 2009):
– Aproximación comprensiva del nivel del desarrollo del proceso que se valora.
– Identificación de las dificultades y de los trastornos con mayor conocimiento de las bases neuropsicológicas que están en la base.
– Validez ecológica para orientar la intervención de forma eficaz.
– Contextualizar el estudio en las etapas del desarrollo en las que se encuentre el sujeto que se valora.
– Tener en cuenta otras variables socioemocionales.La educación , la rehabilitación y la terapia psicomotriz son parte de las Competencias psicomotrices ...
Diseño Corrrespondiente: Denominación Social: Corporación Neuropsicológica. Centros de Diagnóstico y Tratamiento. S. L. Teléfono: 91.867.60.20 ó 654.100.150 Madrid-España
Cuando se realizan evaluaciones neuropsicológicas con el rigor científico que se requiere, se pueden transferir los conocimientos y las aportaciones que conlleva al enriquecimiento de la metodología de los programas escolares.
En este sentido, estudios anteriores, como el de Yeates y Taylor (2001), muestran modelos de enseñanza de la lectura que están basados, en parte, en análisis neuropsicológicos de los procesos cognitivos del proceso lector.
Para realizar el diagnóstico neuropsicológico se puede proponer uno a nivel general y otra parte a nivel específico, de forma que la evaluación responda a los procesos de la estructura cognitiva del aprendizaje en general y al de los trastornos específicos en particular; por ejemplo, en el lenguaje se puede valorar desde el proceso auditivo receptivo y expresivo en general y los procesos anártricos o afásicos u otros, según sea la función superior afectada (Geromini, 1996, 2007).
Uso de los test y baterías neuropsicológicas representado por el modelo cuantitativo o psicométrico (nace en la escuela de la Haestead, USA).
El modelo cualitativo también se utiliza en neuropsicología, se centra en el proceso de resolución de tareas de sujetos con lesión cerebral (nace en la Psicología soviética con Luria).
Para aplicar bien los instrumentos de valoración neuropsicológica es necesaria la preparación previa y la formación para seleccionar la prueba adecuada al objetivo de valoración. Además, se requieren competencias prácticas de utilización de los manuales correspondientes, de la administración y de la recogida de datos, así como del análisis y la interpretación de los resultados.
Es importante asegurar la objetividad en todo el proceso… .
Es con la utilización de objetos versátiles y una variedad de medios de interacción, que los niños viven experiencias perceptivas y motrices que genera diversión y aprendizaje. Nuestra meta consiste en apoyar al niño y su familia, con consejos diarios , como también en sus sitios de socialización.
Investigaciones y experiencias de aplicación de la neuropsicología en la educación
En los estudios científicos que se realizan en el ámbito educativo se requiere que la investigación sea educativa y científicamente significativa al mismo tiempo (Howard-Jones, 2011).
En primer lugar, es necesario partir de la base de conocimientos que consideran los científicos y, al mismo tiempo, establecer las condiciones para que tenga suficiente significación para los psicólogos escolares y los educadores.
Esto requiere un enfoque multidisciplinar. Las investigaciones y los estudios que se centran en el cerebro se pueden realizar en cuatro niveles diferentes, dependiendo del objetivo del estudio que se desee conseguir en cada caso (Jensen (2004):
– elaboración de teorías del aprendizaje y del cerebro
– descubrimiento de laboratorio
– estudios clínicos
– aplicaciones en el contexto.
Las aplicaciones en el contexto son las que se realizan en los centros docentes y suele ser un tipo de investigación-acción que aporta resultados que se pueden verificar en la realidad.
Los propios psicólogos escolares pueden trabajar en equipo con los profesores para tomar datos, aplicar pautas de observación, participar en la aplicación de pruebas sencillas e incluso crear nuevos instrumentos de valoración neuropsicológica para medir aspectos claves en los procesos de aprendizaje y en la madurez infantil y adolescente.
Los maestros y profesores están en contacto durante muchas horas con los estudiantes y además tienen un alto nivel de competencia en el diseño y aplicación de actividades, por lo que pueden aportar el diseño de tareas experimentales para estudios científicos, completando la visión del psicólogo escolar o clínico con la perspectiva y el dominio de las metodologías educativas.
Participación en el proceso de valoración
Durante la aplicación de las pruebas y el proceso de valoración, el educador puede aportar datos de valoración cualitativa acerca de la conducta, las habilidades neuropsicológicas de tipo sensorial y motriz observadas durante la prueba, sobre estrategias cognitivas y actitudes mostradas.
Dicha información enriquece el diagnóstico, aporta un conocimiento más completo y se puede recoger con un carácter formal para incluir en la información a analizar. Por ejemplo, en los estudios de tecnología educativa la participación del usuario se considera clave en la fase de diseño (Facer, 2004).
En los informes de estudios científicos se suelen plasmar conclusiones de tipo especulativo nada más y se podrían añadir comentarios críticos sobre la relación que puede existir entre los descubrimientos experimentales y el aprendizaje, proporcionando orientaciones que los psicólogos escolares y los educadores puedan poner en práctica.
Estudios basados en la práctica
El interés de los educadores por la investigación neuropsicológica en la práctica educativa se incrementa cuando descubren la posibilidad de estudiar los problemas que se encuentran en el aula, desde una perspectiva científica y neuropsicológica. Basar estudios acerca de cómo funciona el cerebro para aprender, aplicar pautas y pruebas a los alumnos que no obtienen un buen rendimiento escolar o valorar con objetividad científica los efectos de la aplicación de programas supone un gran aliciente para ellos.
La neuropsicología infantil
dirige su análisis a las problemáticas del desarrollo y es necesaria para explicar las funciones cerebrales relacionadas con la formación cognoscitiva durante la infancia y la adolescencia.
Estas funciones se adquieren a lo largo del desarrollo individual, como resultado del desarrollo filogenético y ontogenético (Pérez, Escotto, Arango y Quintanar, 2014).
De forma específica, se estudian los cambios evolutivos del sistema nervioso que se llevan a cabo durante la infancia y sus implicaciones en la conducta, así como las alteraciones bioquímicas o ambientales que se pueden dar (Portellano, 2008). Existe una neuropsicología del desarrollo que estudia las relaciones cerebro-conducta en los niños y las niñas y, a su vez se relaciona con otras ciencias como la neuropediatría, la psicología evolutiva, la psicología clínica infantil, la psicología pediátrica, la psicopedagogía y la neuropsicología educativa que tienen el objetivo común de favorecer el desarrollo y el potencial del niño y del adolescente.
Podemos enmarcar la neuropsicología infantil en las neurociencias conductuales y en la neuropsicología que tienen como objetivo el estudio entre el cerebro y la conducta en sujetos sanos y en los que han sufrido una lesión cerebral.
En este sentido, ya Alexander Luria definió la neuropsicología como neurofisiología de los niveles superiores (Luria, 1980), en las que las funciones superiores son el resultado del procesamiento cerebral y en las que están implicadas las áreas de asociación occipito-parieto-temporal y prefrontal del córtex cerebral. Por otra parte, la neurociencia cognitiva enfatiza los procesos cognitivos de la neuropsicología y extrae conclusiones sobre los procesos cognitivos normales a partir de los trastornos estudiados (Feinberg y Farah, 2006).
Utiliza los datos neuropsicológicos para elaborar y contrastar modelos teóricos de la estructura, del funcionamiento cognitivo y de sus posibles bases neuroanatómicas y se englobada en el campo de las neurociencias los estudios de la relación cerebro-conducta (Allen, 2002). Procesos e instrumentos de evaluación neuropsicológica educativa.
Estos conocimientos hacen posible plantearnos qué aportaciones puede dar la neuropsicología a los procesos de aprendizaje, al desarrollo infantil y juvenil y qué instrumentos de valoración neuropsicológica se pueden utilizar para un conocimiento más profundo y científico de los estudiantes. Sin duda, conocer las ciencias neuropsicológicas y su posible aplicación, añadirán rigor científico y, al mismo tiempo, humanista a los modelos educativos.
Catálogo de publicaciones del Ministerio: mecd.gob.es Catálogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.es Coordinadoras: Pilar Martín-Lobo y Esperanza Vergara-Moragues Procesos e instrumentos de evaluación neuropsicológica educativa.
Evaluación Neuropsicológica en TEA.
También debemos señalar que existen cuestionarios específicos para el diagnóstico de ciertos subgrupos dentro del TEA.
En concreto, el ASSQ (The High Functioning Autism Spectrum Screening Questionnaire) para el Autismo de Alto Funcionamiento; y el ASAS (The Australian Scales for Asperger Sindrome) y el CAST (The Childhood Asperger Síndrome Test) para el Síndrome de Asperger. Son cuestionarios para padres o profesores, cuyos ítems se basan en el perfil lingüístico, cognitivo y de comportamiento que muestran las personas de estos subgrupos.
La evaluación neuropsicológica del TEA, además de la valoración diagnóstica, se centra en conocer el perfil global del funcionamiento de la persona con TEA. Por tanto, estas pruebas diagnósticas se complementan con las valoraciones de otras áreas, tales como el perfil de desarrollo y la evaluación de la comunicación y lenguaje.
La evaluación del perfil de desarrollo del niño permite identificar los puntos fuertes y débiles en distintas áreas: procesamiento sensorial, motricidad, autonomía comunicación y socialización. Con esta información se podrán diseñar los objetivos de intervención específicos para ese Procesos e instrumentos de evaluación neuropsicológica educativa. Capítulo 15 231 niño en las diferentes áreas. Existen diversas escalas e inventarios de desarrollo, aunque entre las más utilizadas tenemos el Inventario de Desarrollo Battelle, la Escala de Desarrollo Infantil Bayley, y la Escala Adaptativa Vineland. También es necesario valorar la comunicación verbal y no verbal del niño, con pruebas como el SCQ (Cuestionario de Comunicación Social) y el ECO (Evaluación de la Comunicación). Asimismo, hay que evaluar el desarrollo del lenguaje, tanto expresivo como comprensivo, con instrumentos como: la Escala del Desarrollo del Lenguaje Reynell, el BLOC (Batería del Lenguaje Objetiva y Criterial) o el PLON (Prueba del Lenguaje Oral de Navarra). Una valoración de los 4 componentes del lenguaje también aporta datos relevantes para la evaluación. En concreto, habría que evaluar el nivel fonológico (Prueba de Desarrollo Fonológico de Laura Bosh o Registro Fonológico Inducido); el nivel léxico (PEABODY: Test de Vocabulario en Imágenes); el nivel morfosintáctico (T.S.A.: Desarrollo de la Morfosintaxis en el niño); y el nivel pragmático (Perfil Pragmático de las Habilidades Comunicativas Tempranas). Por otra parte, la evaluación neuropsicológica tiene que permitirnos conocer el funcionamiento de ciertos procesos cognitivos y su relación con el funcionamiento de ciertas áreas y sistemas del cerebro
Nuestro Equipo aborda todas las medidas destinadas a reducir el impacto de las condiciones de discapacidad/incapacidad y minusvalía y a hacer posible que alcancen la integración social, con el objetivo no sólo de entrenar a personas con discapacidad incapacidad y minusválidas a adaptarse a su entorno, sino también intervenir en su entorno inmediato, para facilitar su integración social.
Nuestra Tarea consiste en coordinar y asegurar la puesta en funcionamiento y la aplicación del tratamiento de todas las actividades que se emplean para prevenir o reducir al mínimo inevitable las consecuencias funcionales, físicas, psicológicas,sociales y económicas de los pacientes con diversidad funcional .
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